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Austria, paraíso de los clones

Llegué a Viena dos días antes del comienzo de Cultiva 2016, con el suficiente tiempo para visitar in situ una granja productora de esquejes antes de que comenzara el espectáculo de la feria cannábica. Curiosamente, la tenencia y el cultivo de plantas de cannabis es legal en Austria; en estado vegetativo, las plantas son simplemente consideradas como “decorativas”. Solo el fruto del cannabis está controlado por el estado. Es decir, todo cultivo es legal, mientras que no haya cogollo visible en nuestra planta favorita. Y aprovechando esta legislación particular, se ha establecido un gran negocio de producción de esquejes de plantas de marihuana en el país alpino. Tenía una invitación y, por supuesto, quería ver este fenómeno más de cerca.

Llegué a Viena dos días antes del comienzo de Cultiva 2016, con el suficiente tiempo para visitar in situ una granja productora de esquejes antes de que comenzara el espectáculo de la feria cannábica. Curiosamente, la tenencia y el cultivo de plantas de cannabis es legal en Austria; en estado vegetativo, las plantas son simplemente consideradas como “decorativas”. Solo el fruto del cannabis está controlado por el estado. Es decir, todo cultivo es legal, mientras que no haya cogollo visible en nuestra planta favorita. Y aprovechando esta legislación particular, se ha establecido un gran negocio de producción de esquejes de plantas de marihuana en el país alpino. Tenía una invitación y, por supuesto, quería ver este fenómeno más de cerca.

Me recogió en el aeropuerto nuestro amigo Hannes, y durante el trayecto a las instalaciones ya tuve la oportunidad de probar las primeras muestras, una Toxic de los compañeros de Ripper Seeds y una Power Plant del banco holandés Dutch Passion; ambas hierbas exquisitas, criadas desde un clon seleccionado tras un periodo de pruebas con semillas originales de estas variedades. Venía preparado con un sinfín de preguntas, y Hannes las respondió pacientemente. Animado por el sativazo de la Toxic, el viaje fue muy informativo y entretenido.

 

El marco legal

Como decía en la introducción, en Austria las plantas de marihuana son legales. Cada persona puede tener la cantidad que quiera –siempre que estén todavía en su estado vegetativo, sin entrar en floración aún–. Ante la ley, el cannabis sin flor es considerado como una planta decorativa. Esta particularidad de la legislación austriaca ha dado lugar a un floreciente negocio de crianza de esquejes en el país.

En Austria todo cultivo es legal, mientras que no haya cogollo visible en nuestra planta favorita

Hace años en mi primera visita a Cultiva de Viena ya me sorprendía la exposición pública de impresionantes plantas madre con alturas de 2,5 metros y mayores. Las plantas ahí expuestas se parecían –también gracias a las muchas podas a que fueron sometidas previamente– a un bosque umbrío en medio de la Event Pyramide en Vösendorf, lugar donde se celebra la feria desde hace nueve años. Desde hace más de una década el negocio de venta de esquejes es una potente fuente de ingresos para todos los grow shops del país. En Austria existen desde particulares hasta grandes productores de clones que están vendiendo en sus propias tiendas especializadas, por internet y a otras tiendas que no tienen una producción propia. Ahí se pueden adquirir kits de cultivo completos compuestos por un armario, iluminación y tratamiento de aire, que además llevan 10 potentes plantas de 40 cm de altura, con de 6 a 8 nudos, en su momento ideal para pasarlas a floración con 12 horas de luz. Pero, ¡ojo!, hacer esto sería ilegal, y entonces se cometería un delito. Sin embargo, un kit de estas características es vendido por poco más de 400 euros, y te lo mandan a casa por mensajería en 24 horas.

Sala de plantas madre
Sala de plantas madre.
Clon de planta
Un clon de una TrainWreck tras 6 días de enraizamiento.
Carro de clones
Carrito lleno de clones.
Sala de plantas madre
Otra vista de la sala de plantas madre.

Una ejemplar fábrica de esquejes

La granja de clones a la que me lleva Hannes está situada en una nave industrial, en un polígono en las afueras de Viena. Esta nave de grandes dimensiones lleva incorporada una segunda sala aislada de unos 400 metros cuadrados de superficie y 3,5 metros de altura. Ya desde fuera, al que se mueve en estos terrenos le hacen sospechar los potentes sistemas de renovación y filtración de aire que se pueden ver, lo que hace pensar que algo gordo está pasando dentro. Y lo que alberga esta segunda sala en su interior me deja con la boca abierta: cruzando la puerta nos encontramos con cerca de 600 impresionantes plantas madre debajo de 70 lámparas de halogenuros metálicos de 400 vatios. Cada reflector Adjust-A-Wing grande, en su posición más estrecha, para una penetración profunda, ilumina 9 plantas madre en macetas cuadradas de 18 litros, plantadas en sustrato de coco. El aire en el ambiente recuerda a la frescura y humedad de un bosque por la mañana, con sus plantas en perfecto estado y los niveles de humedad y temperatura controlados; dicha humedad en esta sala es constante, del 65%, y la temperatura es mantenida a 22º. Después de unos minutos de asombro, me empiezo a centrar de nuevo y puedo observar más detalles de la instalación. Me fijo en los termohigrómetros repartidos por la sala, el tipo de balastros (todos electrónicos, en su gran mayoría ¡Bolt!), las lámparas MH, los diversos barreños de solución nutriente, los ventiladores Typhoon en las paredes, etc. Una instalación muy profesional de grandes dimensiones que alegra la vista a novatos y expertos: realmente impresionante.

Las plantas están regadas a mano con lanzas y alimentadas con una mezcla de Canna Coco, Piranha y Voodoo Juice de Advanced Nutrients y enzimas de Bio Nova. Una nutrición rica en nitrógeno con la EC controlada y mantenida constantemente en el mismo nivel. Según la variedad, algunos parámetros cambian, pero generalmente se puede decir que las plantas madre son renovadas cada 4 meses, ya que a partir de esta edad empiezan a tener una altura inconveniente para el sistema de clonación que aplican en este tipo de instalaciones.

Las 600 plantas madre están trabajadas por cuatro operadores durante 8 horas al día

Repartidas por la sala encontramos unas 20 variedades distintas, entre ellas algunos nombres tan ilustres como Chronic, Big Bud y Cheese, y otros cruces más exóticos y exclusivos, como, por ejemplo, la CBD Medi Haze o una Bubba Kush x Sweet Tooth. Todas las variedades fueron seleccionadas previamente durante un cuidadoso proceso de pruebas. Las 600 plantas madre están trabajadas por cuatro operadores durante 8 horas al día. Es sorprendente la velocidad con que los trabajadores cortan y preparan los esquejes para su enraizamiento. Un operador corta los esquejes de unos 15 cm de altura a 45º, y los guarda en un bote con la punta sumergida en agua, otro compañero los recupera para rasparles el tallo y aplicar un par de cortes adicionales, además de un recorte de las hojas, todo esto en un tiempo récord. El clon es pasado por un polvo de hormona de enraizamiento y puesto en un taco de lana de roca de 4x4 cm, o alternativamente en turba para los cultivadores orgánicos. Solamente esta sala es capaz de producir 10.000 esquejes mensuales.

Solamente esta sala es capaz de producir 10.000 esquejes mensuales

Una vez terminada una bandeja de clones, es decir, cada 5 minutos, la llevan a una segunda sala, donde están enraizando todos los recogidos. Esta segunda sala es de dimensiones inferiores, aunque también se encuentran en ella continuamente unos 10.000 esquejes en diferentes fases de enraizado. Aquí la humedad es notablemente más alta, del 80%, y la temperatura es mantenida constantemente a 23 grados. Los esquejes están colocados en carritos de cinco niveles, que tienen la ventaja –además de ser móviles– de que los fluorescentes calientan de manera ideal la zona radicular de las bandejas del nivel superior a ella, lo que estimula aún más el crecimiento radicular de los clones. Como solía decir mi maestro cuando cortábamos esquejes en Holanda hace ya veinticinco años: “Las niñas necesitan sus pies calentitos”; estas cosas nunca cambian. El clon más rápido que tienen en la instalación visitada es una TrainWreck, que increíblemente tarda solo 6 días reales hasta echar sus primeras raíces por el lateral del taco. Cuando los clones están lo suficientemente enraizados, normalmente entre los 8 y 14 días, son trasladados a las tiendas para su venta.

 

Y una tienda ejemplar

La tienda de Indras Planet que visitamos al salir de esta verdadera fábrica de esquejes es de dimensiones grandes también, muy profesional y con personal experto en la materia. Desde aquí pueden suministrar equipamiento para el cultivador individual de consumo propio y también pueden satisfacer a grandes productores de carácter industrial. Además, disponen de una sala apartada solo para los esquejes de unos 6x8 metros con el ambiente adecuado, es decir, luz fluorescente 18 horas al día, humedad mantenida al 60% y la temperatura a 21º. En esta sala guardan unos 3.000 clones continuamente. En la tienda se pueden adquirir individualmente los esquejes enraizados en un taco pequeño a unos 8 euros, o en taco grande a unos 10 o 12 de media.

Seguimos de charla con los amigos austriacos y con más catas hasta entrada la noche. Terminamos este día impresionante en buena compañía esperando la exposición Cultiva 2016, que este año fue otra vez un grato encuentro entre el público asistente, activistas, empresas grandes y pequeñas del sector y demás gente con interés. Hablaremos de ello en otra ocasión. ¡Saludos cannábicos!

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #228

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