Desastre I
“Hoy día sabemos que no existe ninguna correlación entre tecnología avanzada y moralidad avanzada”
Huxley, 1947
La historia humana muestra desde sus orígenes un cariz sombrío, cuando no trágico. Para no remontarnos demasiado atrás, podríamos preguntarnos con Montaigne en 1580: “¿Quién no juzga que el mundo se derrumba y que tenemos encima el día del juicio final? En presencia de tantas licencias y desórdenes, y de la impunidad de los mismos, más bien encuentro que nuestras desdichas son blandas”. Sin embargo, a lo largo del siglo xx, esa constante humana parece haber rebasado un umbral irreversible. Y no precisamente porque faltaran mentes lúcidas pensando en voz alta. Centrémonos en dos de ellas y comprobemos hasta qué punto clamaron sus voces en el desierto durante un intervalo corto pero decisivo: 1941-1964.