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BRASSIC 7, la última correría

BRASSIC 7, la última correría

Joe Gilgun es Vinnie O’Neill, el entrañable líder bipolar y fumeta de una pandilla de delincuentes de poca monta, más interesada en escapar de una vida gris que en el botín.

Sky estrena en el Reino Unido la temporada final de Brassic, los despollantes embrollos con los que Vinnie y su pandilla de chavs se despedirán de las pantallas. En nuestro país, por desgracia, las dos últimas temporadas siguen en el limbo.

“Money (That's What I Want)” fue el primer éxito de Barrett Strong para Tamla. Nació como réplica coñona a “The Best Things in Life Are Free”, una canción popularizada por un musical blanco, y la letra dice: Your love give me such a thrill / But your love don't pay my bills / I need money, that's what I want! Así de claro. Strong, en 1959, manifestó por primera vez la comprensible voluntad de abandonar las miserias de quien ha nacido en un lugar racialmente segregado y extremadamente empobrecido, un tema que enlazaría con la obsesión crematística del rap y las mal llamadas músicas urbanas actuales. Sin duda, la canción de apertura ideal para una serie que bebe a porrón de ciertos referentes del audiovisual británico basado en el imaginario de la clase obrera (el humor Pythonesco de finales de los 60, la sitcom alternativa de la BBC Two en los 80, Trainspotting y, sobre todo, la comedia criminal de Guy Ritchie) para actualizarlo, y que lleva por título Brassic: un término cockney, la jerga rimada inglesa proletaria, creado por deformación de “boracic lint”, un antiguo apósito médico, para que rimase con “skint”, sinónimo de “penniless”: tieso, pelao, a dos velas, con una mano delante y otra detrás, literalmente sin un duro. Y es que va de eso. De una pandilla de chavs entrañables, oriunda de un poblacho gris al norte de Inglaterra, dispuesta a poner en práctica los planes más descabellados para conseguir algo de parné (evitando de paso morir de aburrimiento), ya sea secuestrando un poni de las Shetland con un frasco de cloroformo, robando la preciada colección de carpas koi del exmarido de una mujer vengativa, mercadeando con milenarios consoladores de piedra, cosiendo la cabeza de un tipo al cuerpo de otro tipo para pegársela a un mafioso local, escondiendo una plantación de marihuana en el búnker de un granjero xenófobo o llevando a cabo una audaz incursión en la plantación de un cultivador rival mientras un policía atado intenta dejar claro que, pese a su fama, jamás ha sodomizado a un perro. LOL.

La gang de Vinnie haciendo de las suyas en la 3ª temporada de la serie.

La gang de Vinnie haciendo de las suyas en la 3ª temporada de la serie.

 

El pasado 25 de septiembre se estrenaba en el Reino Unido la esperadísima séptima temporada de Brassic, la despedida final del comedy drama creado en 2019 para Sky One por dos norteños: el productor y guionista Danny Brocklehurst (Shameless y Clocking Off, entre muchas) y el (superlativo) actor Joseph Gilgun, a partir de la reinterpretación libre y desternillante de algunas de las aventuras que este vivió de adolescente en Lancashire. Gilgun, que padece trastorno bipolar, lleva actuando desde niño, cuando un psicólogo educativo le sugirió que participara en talleres de teatro. Se unió al elenco de Coronation Street (una institución en la cultura británica, la telenovela con el récord Guinness a la más longeva del mundo, en activo desde 1960) a los 10 años, y luego, a los 20, al drama rural Emmerdale (otro pilar de la tele inglesa, en antena desde 1972), pero aquí lo conocimos como Woody, el dicharachero líder de una pandilla skinhead de principios de los 80 en la película This Is England (Shane Meadows, 2006), papel desarrollado más tarde en el spin-off televisivo por entregas que abarcó del thatcherismo a la irrupción del acid house, el éxtasis y la cultura rave (This Is England '86, This Is England '88 y This Is England '90). No menos memorable fue su encarnación de Rudy Wade, el personaje con personalidad múltiple que busca desesperadamente a su extraviado pene en Misfits

BRASSIC 7, la última correría

"El germen de Brassic se remonta a 2014, mientras Joe Gilgun rodaba la película Pride junto a Dominic West y, compartiendo un porrete durante un descanso, el primero le contó al segundo el intento de robo de un poni Shetland en el que se vio implicado con sus coleguillas del pueblo"

Pero no perdamos el foco. Al parecer, el germen de Brassic se remonta a 2014, mientras Joe Gilgun rodaba la película Pride junto a Dominic West y, compartiendo un porrete durante un descanso, el primero le contó al segundo el intento de robo de un poni Shetland en el que se vio implicado con sus coleguillas del pueblo. Gilgun había visto cómo su padre, que trabajaba en una fundición, fue despedido en los 80, lo que acabó en divorcio y en una familia desestructurada. Él era un adolescente disléxico, sin acceso a tratamientos de salud mental y acabó atiborrado a antidepresivos y vendiendo maría. West le sugirió sabiamente que convirtiera esa etapa de su vida en una serie de televisión. Dicho y hecho. Gilgun se convertiría en Vincent “Vinnie” O'Neill: el empático, adorable y taimado líder de una disfuncional banda de delincuentes del pueblo ficticio de Hawley; una familia, la única que tiene (su madre lo abandonó de niño y su padre es alcohólico), a la que intentará proteger a la vez que libra su propia lucha contra el trastorno bipolar, la pérdida de la libido a causa de la medicación y la depresión. La visualización y normalización de los problemas de salud mental del protagonista, además de una catarsis personal, serían una sanadora vuelta de tuerca a la comedia criminal inglesa. Una vez asociado con Danny Brocklehurst, y ante la insistencia de Gilgun, Dominic West, el antiguo compañero de reparto que le animó con el proyecto, aparecería en la serie como el desastroso Dr. Christopher “Chris” Coxley, el médico generalista egocéntrico, aficionado a las drogas recreativas y adicto a las rodillas femeninas, incapaz de tratar la bipolaridad del protagonista, y a quien el paciente le suministra una hierba de primera.

BRASSIC 7, la última correría

"Dominic West, el antiguo compañero de reparto que le animó con el proyecto, aparecería en la serie como el desastroso Dr. Christopher “Chris” Coxley, el médico generalista egocéntrico, aficionado a las drogas recreativas y adicto a las rodillas femeninas, incapaz de tratar la bipolaridad del protagonista, y a quien el paciente le suministra una hierba de primera."

El capítulo 1 arranca con el bueno de Vinnie en lo alto de un puente, cuando un vecino que pasea al perro le recomienda no saltar, pues solo conseguirá romperse las piernas, sugiriéndole hacerlo de un bloque de pisos o lanzándose a las vías de un tren de alta velocidad. Acto seguido, el antihéroe aparece huyendo de la policía en un coche que a robado mientras pronuncia en off el siguiente speech: “A la mierda la clase media. A la mierda The Guardian. A la mierda los tres días festivos al año y a beber vino tinto mientras hablas de chorradas durante una cena. A la mierda la quinoa. A mierda las velas perfumadas. Que le den por culo a tu gente y a tus hijos pijos Tilly y Tarquin. A la mierda la crema hidratante y las vitaminas. A la mierda el lacrosse y el tenis y los 18 hoyos de un jodido domingo. Nos llaman ‘la juventud olvidada de Blair’, niños que crecieron en un pueblo que no ofrecía nada. Ni oportunidades, ni perspectivas, ni esperanzas. Pero lo que nunca entenderás es esto: no somos víctimas, vivimos de manera diferente. Se trata de tener a tus amigos, tío. Reírse y encontrar una forma de sobrevivir”. 

Y esos colegas con los que echarse unas risas o unas lágrimas, unos porros, unas pintas en el Rat & Cutter y alguna rayita de vez en cuando, y junto a los que torear las adversidades de la vida son Dylan, Erin, Cardi, Ashley, Carol, Tommo, JJ, Sugar y Meena, una variada troupe por la que, se lo garantizo, sentirán auténtico afecto desde el primer episodio. Y ojo con los despollantes secundarios, como el reaccionario granjero Jim (su speech sobre el festival de Glastonbury disloca mandíbulas) o su vecino y archienemigo, el granjero polaco Shirley “Goldilocks” Paslowski. Pero es más que probable que ya los conozcan, puesto que las primeras 5 temporadas llevan disponibles desde hace tiempo en Filmin. ¿Que por qué no han llegado todavía las dos últimas temporadas (a las que se suma un capítulo especial de Navidad) a la plataforma catalana de streaming? Pues ni pajolera idea. Algunas series, claro, se demoran un poco al salir de su país de origen por temas de negociación de derechos, doblaje o subtitulado. Pero es raro que las nuevas temporadas de una serie tan querida como Brassic tarden taaaaaaantos años en llegar. ¿A qué esperan los dealers de series, maldita sea, para ponerse al día? Quien esto firma se lo ha preguntado directamente a los responsables y, lamentablemente, no garantizan que podamos seguir tronchándonos con las últimas aventuras de Vinnie y su gang en Filmin, por lo que prefieren no hacer declaraciones al respecto. Aunque estoy seguro de que harán cuanto esté en sus manos para que así sea. Sería feo que nos cortaran el grifo tras hacernos adictos.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #334

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