Puede que el desierto de Mad Max sea el destino definitivo del director australiano George Miller. Desde que en 1979 Miller hiciera de Mel Gibson el arquetipo de héroe postapocalíptico gracias al papel de Max Rockatansky, el cineasta ha pisado ese escenario en cuatro ocasiones, expandiendo sus áridas aventuras sobre un asfalto que siempre mira hacia delante sin hacer demasiado caso a la nostalgia.
Con Furiosa: de la saga Mad Max, la última entrega de su saga, en salas desde el pasado 24 de mayo, Miller ha vuelto la vista atrás por primera vez para recuperar a uno de los grandes personajes de la franquicia y a uno de los grandes personajes femeninos de la pasada década, Imperator Furiosa. En Furia en la carretera (2015), Furiosa tenía el rostro de Charlize Theron, y ahora, rejuvenecida en esta precuela que narra sus orígenes, está encarnada por Anya Taylor-Joy.
Primero de todo, tomemos un atajo para regresar a la película anterior, uno de los grandes hitos del cine de acción contemporáneo. Es cierto que la saga original conserva un nervio muy auténtico y un ánimo visionario como pocas franquicias del cine fantástico de entonces, pero lo de Furia en la carretera es literalmente de otro planeta: un espectáculo alucinado y heavy-metal que llegaba 30 años después de la anterior cinta de la franquicia para superarla en todos los sentidos.
El origen de esa propuesta data, no obstante, de mucho antes. En un reportaje de The New York Times de 2020, Miller confesaba que durante mucho tiempo sintió que no tenía más que contar sobre Mad Max aparte de la trilogía original. Hasta que un día a finales de los 80 cambió de opinión: “Estaba cruzando la calle en Los Ángeles y se me ocurrió una idea muy sencilla: ‘¿Y si hubiera una película de Mad Max que fuera una larga persecución, y el MacGuffin fuera humano?”. Con Gibson en el papel de Max una vez más, el plan se reactivó diez años después para comenzar a rodar Furia en la carretera en 2003 bajo el paraguas de 20th Century Fox. Todo estaba previsto en Namibia cuando los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 golpearon al mundo y la producción paró. Nadie quería asegurar un rodaje tan arriesgado y complejo. En 2010 se recuperó el proyecto, no sin dificultades, y cuando se estrenó el nuevo episodio de la saga, esta vez con Tom Hardy en el papel del atormentado superviviente, Miller vio logrado su sueño de volver a pisar el desierto del fin del mundo recién cumplidos los 70 años.
Ahora bien, el esfuerzo valió la pena y la película nos golpeó las retinas a todos. Pisó la alfombra roja de Cannes, fuera de concurso; logró seis premios Oscar, incluyendo mejor montaje, y se coronó como mejor película del año de la mano de la crítica internacional. Todavía hoy muchos se preguntan cómo Miller y Guy Norris, coordinador de los dobles de acción, consiguieron hacer esa película. Bong Joon Ho, director de Parásitos, confesó que la escala de la cinta le hizo llorar. Steven Soderbergh expresó su asombro con más contundencia: “no entiendo cómo [en ese rodaje] no han muerto cientos de personas”.
“Stairway to Nowhere”
Así las cosas, el cine de acción aún trata de recuperarse desde Furia en la carretera y una de las aspiraciones de Furiosa: de la saga Mad Max es, de hecho, la de superar en octanos o al menos equipararse a su predecesora. De virtudes no anda escasa. Mientras que el punto de partida es el rapto de Furiosa a manos de los hombres del Señor de la Guerra Dementus (Chris Hemsworth), un rudo saqueador con un sentido del humor enfermizo que deja muerte y destrucción a su paso, al secuestrarla de su hogar en el Lugar Verde de las Muchas Madres para llevársela a la Ciudadela de Immortan Joe (Lachy Hulme sustituyendo al difunto Hugh Keays-Byrne), el de llegada quizá no nos depare demasiadas sorpresas, si tenemos en cuenta los acontecimientos que se narran en Furia en la carretera. Sin embargo, como sucedía en ese filme, lo más significativo de Furiosa: de la saga Mad Max va a ser sin lugar a duda el viaje que propone y su maraña de persecuciones enajenadas. Así, la cinta se expande durante las dos décadas que transcurren hasta que la protagonista se convierte en Imperator, pero también va a poner en escena un duelo que ansía hacer historia: Dementus contra Inmortan Joe en una lucha sin cuartel por el control de Ciudadela.
Como sucede con las grandes producciones, se ha guardado el máximo secreto alrededor de la historia y las secuencias de acción. No ha sido hasta hace apenas unas semanas, al arrancar la campaña promocional, cuando hemos podido conocer algunos detalles interesantes, como que Furiosa: de la saga Mad Max cuenta con una secuencia de acción de 15 minutos que necesitó 78 días para rodarse. En Total Film explicaban que esta secuencia fue tan compleja que necesitó a 200 especialistas trabajando a diario y a Miller planificándola con un cuidado extremo, desarrollando múltiples storyboards. No solo eso, sino que, dada su importancia y dificultad, la apodaron Stairway to Nowhere, esto es, Escalera a ninguna parte. “George y yo hablamos sobre por qué esta pieza en particular era tan larga. Se debe a una acumulación de habilidades en el transcurso de una batalla, y eso es importante para entender lo ingeniosa que es Furiosa, pero también su valentía”, contaba Taylor-Joy en la publicación británica. “Es la secuencia más larga que hemos rodado. El día que terminamos, ¡todo el mundo recibió un vino de Escalera a ninguna parte!”.
Con un presupuesto de 160 millones de dólares, un reparto ecléctico que aúna estrellas del cine global con exconvictos, como mandan los cánones madmaxianos, y otro desfile de vehículos para los anales del motor (como ese Gigahorse propiedad de Inmortan Joe o los míticos Interceptors V8 de la primera trilogía), la nueva entrega de Miller lo tiene todo para apisonar la taquilla mundial. El australiano está tan convencido del éxito de su criatura que está acabando un nuevo guion para su saga: “Durante la preparación de Mad Max: Furia en la carretera también escribimos lo que le ocurrió a Max en el año anterior al que nos encontramos con él en esa película”, explicaba en Entertainment Weekly. Esas declaraciones invitan a pensar que quizá volvamos a ver a Tom Hardy como Rockatansky. Ojalá no tengamos que esperar otra década para que se haga realidad.