Vuelve Indiana Jones, la fanfarria de John Williams y las aventuras por medio globo terráqueo. El próximo 30 de junio, después de su espectacular desfile por el Festival de Cannes y a las puertas de las vacaciones estivales, llega a las salas de cine Indiana Jones y el Dial del destino, la quinta entrega del arqueólogo más famoso del séptimo arte, de nuevo con Harrison Ford luciendo el emblemático fedora marrón y burlando esbirros a diestro y siniestro, a pesar de los años y de una cuarta entrega de la saga, Indiana Jones y la Calavera de cristal (2008), que no acabó convenciendo demasiado ni al público ni a sus responsables.
¿Ovnis? ¿Explosiones nucleares? ¿Hormigas gigantes? Probablemente al entusiasta de las aventuras de Jones se le debió empachar la mezcolanza de ideas que supuraba aquella película. Y es más que comprensible, porque esa cinta es la que más se aleja del canon Jones de la saga entera. En 2008 no existía el backlash de internet, pero ya entonces entonar el mea culpa ante un fracaso creativo y comercial se estilaba. El siempre polémico Shia Labeouf, quien, en 2010, apenas dos años después del estreno de esa cuarta entrega, admitía en las páginas de Los Angeles Times ser responsable, en parte, de la poca gracia de esa obra. Y lo hizo con absoluta sinceridad: “Siento que me cargué un legado que la gente adora”, contaba. Y añadía: “Tienes que lidiar con monos y cosas así y puedes culpar al guionista o puedes culpar a Steven [Spielberg, el director], pero el trabajo del actor es hacer que cobre vida y que funcione. Yo no pude hacerlo, así que es mi culpa. Simple”.
Tal vez fuera el mal trago de aquella experiencia lo que mitigó las ganas de seguir insuflando vida al personaje creado por George Lucas, tal vez se cruzaran otros motivos espurios, pero, sea como fuere, ya hace 15 años desde que vimos a Indy vencer a los malos. Cabe decir que, para su quinto episodio cinematográfico, los responsables de Lucasfilm han tomado nota y se han esforzado para que esta nueva película del profesor universitario y aventurero sea del gusto de todos. Para empezar, encontramos una historia que apela al canon –es decir: hay nazis–, pero con valiosas nuevas incorporaciones que deberían, al menos, llamar la atención de los espectadores más exigentes: por una parte, James Mangold (Cop Land, Logan) a los mandos de la dirección y, por la otra, Mads Mikkelsen (Otra ronda, Hannibal) como villano y Phoebe Waller-Bridge (Fleabag) en un interesante doble rol, en tanto que coguionista e intérprete de Helena, la ahijada de Indy. Por si no hubiera quedado claro todavía: ¿hemos dicho que regresa Harrison Ford?
¿Qué es el Dial del destino?
Si uno de los atractivos de las películas de Indiana Jones es la recuperación de diversos objetos y reliquias históricas y con un poder mágico, del Arca de la Alianza al Santo Grial, en este quinto capítulo el ítem en cuestión es ni más ni menos que un objeto capaz de cambiar el curso de la historia.
Pero, ¿de qué historia estamos hablando? La revista Empire publicaba a finales del año pasado los primeros detalles de la trama de Indiana Jones y el Dial del destino, sobre todo el perfil de los villanos y el año en que se ubica la película. En efecto, hay nazis, aunque nos encontremos en 1969. ¿Cómo es posible? Indiana Jones 5 se ambienta en este año clave, cuando la NASA colocó al primer hombre en la luna en el marco de la Guerra Fría contra los soviéticos, y cumbre de la llamada carrera espacial entre ambas potencias. De ese programa espacial surgen, de hecho, los enemigos de Jones, Voller y Klaber (Boyd Holbrook), fichados por la organización espacial estadounidense por sus amplios conocimientos científicos a pesar de su dudoso pasado político. “El programa de alunizaje estaba dirigido por un grupo de exnazis. La cuestión es cómo de ‘ex’ son. Y eso fastidia a Indy”, contaba a la revista el coguionista Jez Butterworth.
El tráiler de la película lanzado en la Star Wars Celebration del pasado abril en Londres –en la que Kathleen Kennedy presentó las no pocas novedades de la marca Star Wars y, de paso, promocionó el nuevo capítulo del Dr. Jones con Mangold en el escenario–, nos contaba por fin para qué demonios sirve el dial del destino que da nombre al título de la película y por qué es tan importante. Es entonces cuando supimos que se trata de un objeto buscado incesantemente por Helena, la ahijada de Indiana. La joven, de hecho, acude a Jones, recién jubilado, porque sabe que el aventurero conoce ese misterioso objeto. No solo eso, ya que lo empleó años ha en un enfrentamiento de gran tensión contra el nazi Voller. No imaginamos a un actor más adecuado para ejercer de maquiavélico nazi que Mikkelsen, quien, en declaraciones a Empire, comentaba sobre su personaje que es “alguien a quien le gustaría corregir los errores del pasado”. En el tráiler se le escucha decir “Hitler cometió errores. Y con esto los corregiré todos”. ¿Será el dial del destino una máquina del tiempo? ¿Un agujero negro capaz de que el mundo revierta la historia y se convierta en una pesadilla hitleriana? No sabemos más detalles, pero sí estamos seguras de que al Dr. Jones no debe de hacerle ni pizca de gracia este tipo de sentencias. Ojalá volvamos a oírle mascullar eso de “Nazis… ¡los odio!”.
Jones viejo y Jones joven
Hacia 1969, Indiana Jones, recién jubilado, acaba de cumplir 70 años, mientras que Harrison Ford cumple en julio unos estupendos 80 años. Aunque todos los implicados no dejan de señalar lo increíblemente en forma que se encuentra el carismático intérprete, a la vista también está, de hecho, la sospecha de si la edad del personaje condicionará el ritmo trepidante habitual de la saga.
El pasado abril, James Mangold aseguraba en una entrevista en Total Film que la secuencia de apertura de Indiana Jones 5 es “épica”, además de confirmar que, con sus 25 minutos de duración, será la más larga de las cinco películas de la saga, borrando de un plumazo todo atisbo de dudas sobre el músculo de esta quinta entrega de Indy. Contamos con más indicios para afirmar que esta película confía en divertir como nunca al público. En la citada Star Wars Celebration, se pudieron disfrutar de una de las persecuciones claves de la película, una secuencia de seis minutos por las abigarradas callejuelas del zoco de Tánger en la que el Dr. Jones escapa de los secuaces de Voller y trata de que no se le escapa de vista Helena, quien, por su parte, tiene sus propios planes. De infarto es quedarse corto. Además, la presencia de Waller-Bridge promete la suficiente dosis de ironía capaz de darle la réplica al siempre irónico verbo de Indiana Jones. La actriz no solo es coguionista, como hemos apuntado, sino que se reserva algunas de las líneas más descacharrantes: en el tráiler, ante la acumulación de robos de un mismo objeto necesario para encontrar el tesoro, Helena, se encoge de hombros, resignada, diciendo que ese vaivén mercantil “se llama capitalismo”.
Veremos, eso sí, si el rejuvenecimiento de Harrison Ford mediante técnicas digitales se imbrica de manera orgánica en la imagen de la película o si, por el contrario, provoca sentimientos de extrañeza. De cara a filmar una de las escenas clave que sucede en 1944 en un castillo repleto de nazis., Lucasfilm ha tenido que rejuvenecer la cara del actor utilizando escenas rodadas anteriormente que jamás vieron la luz. Así lo explicaba el propio actor durante su paso por The Late Show, de Stephen Colbert: “Tienen este programa de Inteligencia Artificial que puede pasarse por cada película de Lucasfilm […] Como hice un puñado de filmes para ellos, tienen todo este material, incluso películas que nunca se revelaron. Así pueden extraer la fuente de luz o las expresiones”. Y continuaba: “No sé cómo lo hacen, pero esa es mi cara de verdad. Después pusieron pequeños puntos en mi cara y digo las palabras y lo hacen. Es fantástico”.