Cuando en el 2007 más de doce mil guionistas de la industria audiovisual estadounidense decidieron ir a la huelga, el sector vivió una de sus peores crisis. Ese parón duró unos cien días y afectó, en materia catódica, a la producción de series muy conocidas que por entonces estaban en emisión, desde Héroes hasta The Office y Cómo conocí a vuestra madre. Entonces, Hollywood se paralizó y se perdieron unos dos mil millones de dólares.
Todavía está por ver el impacto total de la huelga de guionistas de este 2023, que a cierre de este texto llevaba casi dos meses activa. Algunos de los títulos cuya producción se ha visto afectada son Metrópolis, desarrollada por Sam Esmail para AppleTV+, Daredevil: Born Again (Disney+); The Penguin (Warner Bros Television y DC Studios); Duster, de J.J. Abrams y LaToya Morgan (HBO Max), y A Knight of the Seven Kingdoms: The Hedge Knight, precuela de Juego de Tronos, además de la ceremonia de entrega de la quinta edición de los Premios Emmy, que debía haberse celebrado el 16 de junio.
Poca duda cabe de que el panorama seriéfilo que se nos viene no es demasiado alentador, máxime cuando este pasado mes de mayo finalizaron títulos tan queridos e influyentes como Succession, Barry, Yellowjackets y Anatomía de Grey. ¿Qué podemos hacer, pobres espectadores, con las cosas tan revueltas en la fábrica de sueños catódicos? Una opción es recuperar aquellos títulos que quedaron a la espera en nuestras listas de favoritos particulares. Otra, indagar aún más en las distintas propuestas que quedaron eclipsadas por las series de moda y el flujo constante de novedades de las compañías de streaming.
Las diez series que proponemos aspiran a ayudar a nuestros lectores en esa aciaga tarea, doblemente pesada en estos meses estivales. Su denominador común: un perfil cómico que huye de las risas enlatadas. Esto es, comedias, que no sitcoms, de diverso pelaje y procedencia con los que entretenerse tanto en la playa como en la siesta tras la jornada continua. Esta temporada ha sido generosa en materia de comedias y, visto el estado del mundo, no nos equivocamos si decimos que andamos un poco necesitados de risas.
División Palermo (Netflix)
Desde Argentina y de la mano de Santiago Korovsky, nos llega una de las series revelaciones del año, que además no solo desafía los denominados límites del humor y de la corrección política, sino que lo hace de manera inteligente y descacharrante.
Para ello, cuenta la historia de un nuevo grupo especial de la guardia urbana bonaerense integrada por personas con discapacidad y pertenecientes a distintas minorías sociales. El grupo, claro, se ha puesto en marcha con el fin de mejorar la imagen de las fuerzas de seguridad y no tiene experiencia alguna. “El objetivo no era forzar los límites del humor, sino estar en el lugar correcto. Vivimos en una época en la que la corrección política mal entendida no te deja explorar algunos lugares, y queríamos reírnos de la corrección política cuando es hipocresía”, contaba a El País su creador, que también forma parte del reparto.
Mrs. Davis (HBO Max)
Otra de las series revelación de la temporada presume de una premisa tan delirante que ponerla por escrito y que tenga sentido es un reto. Mrs. Davis es, ante todo, una serie que lucha contra el algoritmo, en varios sentidos. Primero, porque su única temporada de ocho capítulos cuenta la historia de una monja que quiere destruir una inteligencia artificial tan poderosa que se ha metido en la cabeza de la gente. ¿Cómo pretende lograrlo? Recuperando el Santo Grial. Segundo, seamos sinceros: ni ChatGPT sería capaz, qué duda cabe, de una premisa así.
Damon Lindelof (Perdidos, The Leftovers, Watchmen) y Tara Hernandez (The Big Bang Theory) son los responsables de tamaña locura que, por si no tuviera suficiente, viaja de Reno (Nevada) a Escocia y España y escancia tanta sangre como humor absurdo. Realmente, hay que verla para creerla.
Pobre diablo (HBO Max)
Del cielo al infierno vía mando a distancia. La misma plataforma que acoge Mrs. Davis es también el hogar de Pobre diablo, la nueva propuesta de los ex-Chanantes Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, quienes junto a Miguel Esteban forman el triunvirato creativo de esta serie de animación de tan solo ocho capítulos.
Mediante un sencillo 2D de vivos colores, la serie sigue el periplo del hijo del diablo en Nueva York durante el mes previo al Apocalipsis. El anticristo se llama Stan, pero en realidad no está demasiado entusiasmado con el destino que le ha tocado, ya que a él no le gusta hacer el mal, sino que quiere ser actor de musicales. Con este punto de partida y unos secundarios descacharrantes –Mefisto, un gato, hedonista y vividor adicto a las drogas, y Samael, una diablesa especializada en posesiones–, ¿qué podría salir mal?
No me gusta conducir (HBO Max)
Entrañable, castiza y burlona: así es esta comedia ligera a cargo de Borja Cobeaga (Vaya semanita, Vota Juan, Negociador) sobre los problemas de un cuarentón que trata de sacarse el carné de conducir. Sí, a él también le dicen una y otra vez que lo de sacarse el carné es a los dieciocho años –y no a los cuarenta–, pero más vale tarde que nunca si, además, va acompañado de las situaciones embarazosas y de la clásica vergüenza ajena que tan bien sabe describir Cobeaga.
Juan Diego Botto interpreta a un profesor universitario que debuta con el cambio de marchas mientras ve como su vida poco a poco se va despedazando. Todo un manual de cómo sentirse seguro al volante mientras se circula por la crisis de los cuarenta que viene con un magnífico añadido de serie: Diego Lorente en el papel del campechano profesor de autoescuela.
Los Gemstone (HBO Max)
En HBO Max, los Roy de Succession personifican esa perfidia de “lujo elegante” a la que pocos humanos podemos aspirar, pero también están los Gemstone, probablemente igual de multimillonarios, pero carentes de esa finura que caracteriza a sus vecinos de plataforma.
Las diferencias no importan cuando se trata de ambición, poder y dinero, porque a los Gemstone también les interesan los medios de comunicación en tanto que canal para ejercer otro tipo de influencia: la evangelista. Desde que Eli Gemstone (John Goodman) hiciera fortuna en los ochenta con la telepredicación, el emporio ha crecido tanto que ha necesitado de los hijos del matrimonio, Jesse (Danny McBride), Judy (Edi Patterson) y Kelvin (Adam DeVine), tres macarras de tomo y lomo que viven a cuenta de lo que sisan en el telecepillo semanal, para desplegar tres temporadas tremendas.
Solo asesinatos en el edificio (Disney+)
La trama de una de las comedias con más encanto de la televisión actual nos podía suceder a cualquiera: tres desconocidos que viven en el mismo inmueble y comparten una extraña obsesión por el género true crime de repente se encuentran envueltos en uno de ellos. Sus dos temporadas han conquistado el corazón de todos los seriéfilos gracias a la química del trío formado por Mabel, Oliver y Charles, esto es, Selena Gómez, Martin Short y Steve Martin.
El Arconia, un monumental edificio del Upper West Side de Nueva York, es el escenario de una serie repleta de easter eggs y cameos tan llamativos como peligrosos. Shirley MacLaine, Amy Schumer, Sting, Cara Delevingne y Paul Rudd pueden sin lugar a dudas dar fe de ello. El martes 8 de agosto llega la tercera temporada a Disney+, con un nuevo asesinato a resolver que dejará, obvio, ganas de más.
Fleishman está en apuros (Disney+)
Creada por Taffy Brodesser-Akner a partir de su propia novela, esta ficción es otra crónica de la crisis de la mediana edad a partir del personaje del título, con Jesse Eisenberg en el papel de un médico vocacional que se acaba de separar de su mujer (Claire Danes). Ella es agente teatral y adicta al trabajo cuando de pronto desaparece, dejando al protagonista solo al cuidado de sus dos hijos.
Recién divorciado, es imposible no compadecerse del personaje de Fleishman y, por momentos, la propuesta bordea los retratos agridulces de Noah Baumbach. En otros, su visión de la crisis existencial del protagonista, despojada de cualquier solemnidad, nos provoca no pocas risas congeladas. De lo que no hay duda es de que esta serie sobre lo fácil que resulta complicarse la vida cuando eres un adulto desnortado se ha convertido en la favorita de muchos durante esta temporada.
The Bear (Disney+)
Otra favorita que bulle en la plataforma de la casa del ratón lleva también poquito en antena, a la espera del estreno de su segunda temporada el 16 de agosto en España. Mientras, podemos seguir saboreando y sufriendo el ritmo frenético de la cocina de un bar de bocatas en crisis (pero con encanto) y las diatribas de su responsable, Carmy Berzatto, un joven chef de Nueva York que regresa a Chicago para dirigir el local de su difunto hermano Michael.
Pesadilla en los fogones entre el cocinero snob y los trabajadores del deli que pronto se transformarán en una de esas historias de superación que implican asimismo un cambio copernicano de la carta. Por el momento, lo único que sabemos de la nueva temporada es la incorporación de un verdadero peso pesado de las series: Bob Odenkirk (Better Call Saul). ¿Necesitará Carmy en los próximos episodios un abogado?
Ted Lasso (Apple TV+)
Todo el mundo adora a Ted Lasso. Normal, porque uno de los bigotes más famosos de la pequeña pantalla, con permiso de Magnum, no solo ha conseguido que descubramos de una vez AppleTV+, sino que ha logrado que el mundo del fútbol sea el mejor escenario para poner en escena las tribulaciones de la vida.
Jason Sudeikis y sus pintas de Flanders han robado el corazón incluso a los más duros del local, con premios como dos Globos de Oro y un Emmy, confirmando que Lasso es uno de los grandes personajes de la televisión contemporánea. Su tercera temporada concluyó el pasado 31 de mayo y muchos se preguntan si el serial continuará en una cuarta temporada o al menos bajo la forma de un spin-off. “Es el fin de la historia que queríamos contar”, decía Sudeikis en promoción. Veremos si todavía queda energía para más tiquitaca.
Doctor en Alaska (Filmin)
El 12 de julio de 1990, la CBS estrenaba Doctor en Alaska, desarrollada por Joshua Brand y John Falsey. Treinta y tres años más tarde, treinta desde su estreno en la televisión española, regresamos a la tranquila Cicely con cierta añoranza, más viejos pero igual de torpes que antaño. También porque la serie es de los pocos lugares reconfortantes que quedan y porque, en los neuróticos doctor Fleischman y O’Connell, en la sabiduría de Chris y en la inteligencia y la parsimonia de Marilyn, encontramos una aceptación de las contradicciones del ser humano como pocas veces hemos visto. Entre risas y situaciones surrealistas, la serie de Brand y Falsey es quizás la mejor parada y fonda catódica que podemos realizar antes de que el mundanal ruido del otoño nos alcance.