Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
El curioso nombre de la receta se debe en gran parte a su creador, Antoine Augustin Parmentier. Este importante nutricionista, boticario y farmacéutico vivió en el siglo xviii. En aquellos tiempos de hambrunas, la patata era una recién llegada de las Américas y aún no era muy consumida por la población. Parmentier era consciente del valor nutricional del tubérculo y quiso promocionar su consumo. Para ello, llegó a preparar numerosas recetas al mismísimo Luis XVI para convencerlo de sus bondades. En principio se planteó como plato de aprovechamiento de sobras de guisos de carne; de hecho, podéis hacerlo así, con restos de carrillada en salsa o de rabo de toro guisado. Aunque aquí vamos a prepararlo desde cero, con carne picada guisada expresamente para la ocasión. Posteriormente, han surgido otras versiones de la receta en numerosos lugares del mundo, como el pâté chinois en Canadá, el cottage pie británico o el pastel de papa de la cocina argentina o chilena. Cada una de ellas tiene pequeñas variaciones entre sus ingredientes, pero la base es muy similar.
Vamos a empezar esta receta con la mantequilla cannábica de Mochi Gelato. Esta delicia de Gramovatio y Seed Hunters la regalamos con el número 300 el año pasado cuando celebramos los veinticinco años. Es un híbrido americano con dominancia índica y niveles de THC que pueden llegar al veintiséis por ciento. ¡Ojo!, sus efectos son muy potentes.
Para la elaboración de la mantequilla comenzamos poniendo una olla con el doble de agua a calentar. Al hervir el agua, añadimos la mantequilla para que se disuelva y bajamos el fuego al mínimo. Cuando esté completamente disuelta, le incorporamos la marihuana y dejamos hervir a fuego lento durante unos 15 min removiendo de vez en cuando. Después, la retiramos del fuego, la colamos con un colador de tela y la dejamos reposar hasta que se atempere. Una vez fría, la meteremos en la nevera un mínimo de 12 h para que la grasa se concentre, se solidifique y podamos separarla fácilmente. La escurrimos bien y ya la tenemos lista.
La preparación de la receta en sí es muy sencilla. Por un lado, pelamos y cortamos en trozos más o menos iguales el boniato y la patata y los ponemos a cocer en una olla con agua y sal. Por otro, cortamos en trocitos pequeños el ajo, la cebolla, la zanahoria y el puerro, y los ponemos a pochar con el AOVE. Cuando empiecen a dorar, añadimos la carne picada y la rehogamos unos 15 min removiéndola para que quede suelta. A continuación, añadimos el tomate triturado y lo dejamos sofreír a fuego lento con una tapadera unos 10-15 min. Antes de retirarlo del fuego le añadimos el azúcar, la sal, la pimienta y las hierbas provenzales. Lo reservamos. Cuando la patata y el boniato estén cocidos, los machacamos y hacemos un puré, al que añadiremos la mantequilla cannábica, la leche, la nuez moscada y la pimienta.
Una vez que tenemos los dos elementos preparados, podemos comenzar el montaje en la bandeja de horno. Comenzamos por la base vertiendo y extendiendo de forma unilateral la preparación de la carne picada. Cuando esté bien planita, la cubrimos con otra capa igual de puré de patata y boniato y volvemos a aplanar hasta que quede uniforme. Por último, lo cubrimos todo con el queso rallado.
Encendemos el horno a 200° con el gratinador y lo metemos unos 10-15 min, dependiendo de la potencia del gratinador. Cuando el queso esté dorado por arriba uniformemente, estará listo y habrá que sacarlo y dejarlo reposar al menos 5 min antes de emplatarlo. Pasado este tiempo podemos servirlo y empezar a degustarlo sin remilgos. Esperamos que salga deliciosa. ¡Hasta la próxima!¡Bon appétit et bon voyage!