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Sopa minestrone con Gary Payton

Este mes os proponemos una receta nutritiva, sencilla y barata. Es ideal para empezar el año limpiando y calentando nuestros castigados estómagos y, a su vez, ahorrarnos unos euros. Viene de Italia y la vamos a enriquecer con un poco de la maravillosa Gary Payton, de Barney’s Farm. La regalamos en marzo del recién pasado año y nos va a obsequiar con unos potentes y equilibrados efectos gracias a sus altos porcentajes de THC, que pueden llegar al veinticinco por ciento. Primero nos despertará con un cosquilleo cerebral inicial y después nos sumergirá poco a poco en un estado de bienestar y relajación calmante, sin llegar a dejarnos totalmente abatidos. 

Ingredientes para cuatro personas

  • 1 cebolla mediana 

  • 1 zanahoria grande 

  • ½ puerro 

  • 1 nabo pequeño 

  • 12 judías verdes

  • 1 lata pequeña de tomate pera 

  • ¼ de col blanca 

  • ¼ de calabaza del tipo violín 

  • 2 ramas de apio 

  • Unas ramas de tomillo fresco 

  • 1 cs de orégano 

  • Unas hojas de albahaca fresca 

  • 200 g de alubias cocidas 

  • 80 g de pasta al gusto 

  • 1 l de caldo de pollo o verduras 

  • 8 cs de AOVE cannábico 

  • Queso tipo parmesano rallado al gusto 

  • Sal y pimienta al gusto 

Elaboración

Esta maravillosa sopa está entre nosotros desde la época del Imperio romano. En aquellos tiempos era uno de los emblemas de la cucina povera o ‘cocina de los pobres’, debido a que llenaba el estómago y nutría los castigados cuerpos de los plebeyos con ingredientes humildes. Su nombre proviene de la palabra minestrare, que en latín quiere decir ‘servir o poner en la mesa’ y es un aumentativo de menestra, que en italiano significa ‘sopa’.

Existen tantas versiones de ella como regiones, pueblos o casas en Italia. Hay donde le ponen patas de cerdo o tocino, o pesto o arroz en lugar de pasta. Además, es una receta altamente versátil, ya que puede adaptarse fácilmente a cualquier temporada del año, o a lo que tengáis en la despensa y el frigorífico el día que vayáis a elaborarla. Incluso hay versiones en Latinoamérica donde la llaman menestrón, en países como Perú, Ecuador, Venezuela y Argentina. Aquí hay recetas de sopa de verduras que se le asemejan, pero no suelen llevar legumbres, queso o tantas hierbas aromáticas. 

Esta receta, en concreto, va a ser vegetariana, y puede ser vegana si el caldo es de verduras y no le añadimos el queso al final. Lo que sí va a llevar es el componente cannábico, que en este caso va a ser AOVE. Para su elaboración, habrá que llenar un bote hermético pequeño con cogollos o restos de manicura, dependiendo de la potencia que queramos. A continuación, verteremos el AOVE seleccionado en el bote hasta que cubra por completo la hierba. Lo tapamos y dejamos macerar en un lugar seco y alejado de la luz entre 30 y 45 días, moviendo el recipiente ligeramente una vez por semana como mínimo. Pasado este tiempo, filtramos el contenido con un colador de tela y ya estará listo.

Sopa minestrone con Gary Payton

Una de las claves de esta sopa es hacer un buen sofrito. Para ello habrá que cortar el puerro, la zanahoria y la cebolla y sofreírlos con el AOVE cannábico. El tamaño de corte será macedonia, que es el mismo de la típica macedonia de frutas, es decir, trozos de un centímetro más o menos. Es importante que todas las verduras que vayáis a utilizar tengan el mismo grosor, para que cuando cojamos una cucharada haya el mayor número de ellas dentro y podamos disfrutar del conjunto de sabores y texturas. 

Cuando el sofrito esté doradito, le añadimos el tomate de la lata escurrido y cortado de igual forma. Pasados unos diez minutos a fuego medio, podemos añadir la calabaza, el apio y el nabo. Dejamos cocer otros diez minutos e incorporamos las judías verdes, la col y las alubias. Cinco minutos después, añadimos la pasta; en esta ocasión hemos elegido mafaldas cortas, que tardan unos siete minutos en cocerse, pero, como hemos dicho al principio, podemos poner la pasta que más nos guste o sustituirla por arroz, al igual que podemos cambiar, suprimir o añadir cualquier verdura o incluso poner garbanzos o lentejas en lugar de alubias. 

Para terminar, lo último que incorporaremos serán las hierbas aromáticas, para que no pierdan el susodicho aroma. Lo haremos al final de la cocción y retiraremos la olla del fuego. Esta sopa hay que servirla rápido, ya que, si tardamos mucho, la pasta se nos pasará y absorberá el caldo, quedando así demasiado espesa. Una vez servida, le rayamos por encima el queso tipo parmesano a nuestro gusto y nos la comemos calentita. 

Espero que os recomponga primero y después os lleve hacia un viaje de placer durante su digestión. Hasta la próxima: ¡buen provecho y buenos humos! 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #325

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