Ingredientes para dos bocatas
Elaboración
Si además de disfrutar de su sabor quieres hacer un viajecito sin salir de casa, te propongo aliñar la salsa bearnesa con un poco de Kickass Auto, de Kannabia Seeds. La regalamos con la revista de enero de este año. Se trata de un híbrido con predominancia índica y un sabor dulce y afrutado que se integrará perfectamente en la bearnesa de mostaza.
Así es que, para ello, tendremos que preparar una mantequilla cannábica. La proporción de hierba respecto al peso de la mantequilla para esta elaboración será de un diez por ciento si son cogollos o de un veinte por ciento si son hojas. Comenzaremos poniendo una olla con agua a calentar. La cantidad de agua debe ser al menos el doble que la de mantequilla, o sea, 80 ml. Al hervir el agua añadimos 40 g de mantequilla para que se disuelva y bajamos al mínimo. Cuando esté completamente disuelta, llega el momento de añadir la marihuana y dejar hervir a fuego lento durante unos 15 min, removiendo de vez en cuando. Pasado este tiempo, la grasa ya habrá absorbido todos los cannabinoides y la podremos retirar del fuego. La colaremos con un colador de tela y la dejaremos reposar hasta que se atempere. Una vez fría, la meteremos en la nevera un mínimo de 12 h para que la grasa se separe y se solidifique completamente y podamos cogerla fácilmente. La escurrimos bien y ya está lista.
Podemos continuar con la cebolla caramelizada. Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana (o sea, en tiras largas del mismo grosor). Ponemos el aceite de oliva virgen en una sartén o cazo con tapadera y le agregamos un poco de sal y pimienta. La tapamos y la ponemos a fuego lento removiendo de vez en cuando. Cuando se empiece a dorar, añadimos el azúcar moreno y la dejamos unos 10 min más sin dejar de remover cada cierto tiempo. Pasado este tiempo, podemos retirarla y reservarla.
Para la bearnesa habremos de atemperar las mantequillas para poder integrarlas bien con la mahonesa. Si no están semiderretidas no las podremos mezclar bien. Las ponemos en un bol junto con la mahonesa, 50 ml de agua caliente, el estragón, el vinagre de manzana, la mostaza y un poco de sal. Lo mezclamos todo bien hasta que sea homogéneo y lo reservamos. Hay que tener en cuenta que esta salsa cambiará su estado dependiendo de su temperatura. Al llevar mantequilla, si está fría estará sólida y tendrá que templarse para poder extenderla con facilidad.
Si ya tenemos la salsa y la cebolla caramelizada elaboradas, podemos lavar y cortar en rodajas el tomate. Cortamos el beicon en trocitos y lo pasamos por la sartén para dorarlo. Batimos los huevos, añadimos sal y el beicon dorado y hacemos una tortilla francesa al uso... Sabéis, ¿no? Da igual la forma que tenga porque no se va a ver dentro del bocata. Así que, si no os sale bonita, no pasa absolutamente nada.
Bueno, pues ya tenemos todos los elementos y podemos montar los bocatas. Abrimos el pan de centeno y si os apetece lo calentáis o tostáis un poco. Yo he elegido el de centeno pero podéis cambiarlo a vuestro gusto. Después le ponéis la rúcula y encima las rodajas de tomate. Luego la tortilla, la cebolla caramelizada, las lonchas de cheddar y, por último, la salsa bearnesa al gusto. Y ya lo tenemos.
Tendréis que abrir mucho la boca para poder hincarle el diente, pero os aseguro que merece la pena. Espero que os guste y lo disfrutéis. Y recordad: la salsita, con precaución, ¡eh! Hasta el próximo viaje.