Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
El CBG o carbigenol es un cannabinoide precursor de otros, es decir, que a partir de este se van generando los demás, como, por ejemplo, el THC o el CBD. Su descubrimiento es reciente y aún quedan numerosas cualidades por descubrir, pero lo que ya se sabe seguro es que tiene muchas propiedades terapéuticas y medicinales, entre ellas: es antibacteriano, antiinflamatorio o antidepresivo; alivia el dolor; mejora las enfermedades intestinales; promueve el crecimiento óseo, y es útil en el tratamiento de la anorexia y la caquexia.
La Auto CBG Strong contiene tan solo un 0,09% de THC, mientras que sus niveles de CBD son altos y los de CBG están en torno al 6-8%. Estos porcentajes nos garantizan una psicoactividad prácticamente nula: lo único que vamos a sentir es una agradable relajación acompañada de todos los efectos terapéuticos que contiene.
Para extraer estas inofensivas cualidades necesitaremos 60 ml de vinagre y unos 2 g de cogollos. Es aconsejable meter los cogollos en el congelador un par de días antes para que el frío potencie la extracción de los cannabinoides. Después, los trituramos y los sumergimos en el vinagre. Los metemos en la nevera y los dejamos que maceren durante 3 o 4 días. Pasado este tiempo, los filtramos con un colador de tela y los metemos en un bote hermético.
Para el escabeche, lo primero será lavar los mejillones bajo el grifo y retirar sus barbas (los pelillos que asoman de la concha). A continuación, descartaremos los rotos y los que estén abiertos y no se cierren solos al darles un golpecito. Una vez limpios, los ponemos en una olla grande con tapadera, añadimos el vino blanco y una hoja de laurel. Cocinamos a fuego medio-alto con la olla tapada durante 6 o 7 min o hasta que se abran. Cuando estén abiertos, apagamos el fuego y esperamos a que pierdan algo de temperatura. Una vez cocidos, los separamos de la concha y los colocamos en un recipiente pequeño con tapa.

Por otro lado, ponemos el aceite a fuego medio junto con los dos dientes de ajo pelados y aplastados, laminados o cortados por la mitad, como prefiramos encontrarlos después. Cocinamos hasta que el ajo empiece a chisporrotear y soltar su aroma. Cuando estén dorado, apagamos el fuego, retiramos y añadimos el laurel que nos queda, los granos de pimienta y el pimentón. A continuación, esperamos un minuto e incorporamos el vinagre cannábico y removemos. Por último, vertemos el escabeche sobre los mejillones, procurando que queden todos cubiertos, y metemos el recipiente en refrigeración dejándolo reposar durante 24 h como mínimo.
Para hacer las patatas chips caseras habrá que pelarlas, lavarlas bien y cortarlas en láminas lo más finas posibles. Para este fin aconsejamos un pelador o una mandolina. Lo más importante, además de su ínfimo grosor, será que todas tengan el mismo tamaño para asegurar una fritura uniforme. Una vez cortadas, las lavamos con abundante agua fría hasta que suelten todo el almidón y el agua salga transparente. Las escurrimos, las secamos muy bien y las freímos en una sartén con abundante AOVE. La temperatura ideal sería unos 170 ºC. No debemos dejar de mover hasta que obtengan un dorado más o menos uniforme. Cuando lo tengan, las ponemos extendidas en un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite y les ponemos la sal al gusto. Una vez frías, ya podemos ponerle uno de nuestros exquisitos mejillones en “escannabeche” encima y empezar un maravilloso y rico aperitivo curativo. Esperamos que os gusten y disfrutéis mucho de sus bondades. ¡Buen provecho y buenos humos!