He citado a Sílvia Rubí en el parque de la Ciudadela de Barcelona. Más allá de ser un sitio magnífico para hacer las fotos que acompañan esta entrevista, la cito aquí por el valor simbólico que adquiere la glorieta dedicada a la transexual Sònia. La noche del 6 de octubre de 1991, unos neonazis agredieron hasta matar a Sònia y a su compañera Dori, que se salvó de milagro. El Ayuntamiento de Barcelona, por presión del colectivo LGTBI, le dedicó esta glorieta para que siempre podamos recordar a Sònia y nunca se nos olvide la atrocidad cometida. Lo que poca gente sabe es que esa misma noche también fue agredido brutalmente Miguel Pérez. Este perdió la vista del único ojo por el que veía, por tanto, quedó ciego de por vida. Miguel, alias “el Botas”, como se le conocía en los bajos fondos de la Barcelona preolímpica, fue inmortalizado por Oriol Romaní en la autobiografía A tumba abierta. La sinrazón de los neonazis golpeó a quienes huían de los cánones hegemónicos en términos sexuales o farmacológicos.
Creo oportuno recordar esta triste efeméride porque el totalitarismo aún nos acecha. La lucha antiprohibicionista y la antiabolicionista deben aunar esfuerzos para conseguir sus objetivos, ya sea la legalización de las drogas, ya sea el libre ejercicio del trabajo sexual, sin que ninguna mirada paternalista, a las buenas o a las malas, pueda hacernos desistir de nuestros derechos. Entrevistamos a Sílvia Rubí porque es un maridaje perfecto para reflexionar sobre sexo y drogas. Sílvia Rubí es actriz porno, directora de películas porno, directora artística del Salón Erótico de Barcelona, stripper, trabajadora sexual, viajera. Es muchas cosas: es fantasía pura y dura porque ese es su personaje. Sílvia Rubí, personaje activista que nos invita a la reflexión gracias a un discurso no apto para moralmente conmovidos. Dejemos paso a Sílvia Rubí y a sus ideas serenas y contundentes sobre el porno, el sexo, la vida y también las drogas.
Sílvia, tú misma te defines como un personaje. ¿Qué implica construir un personaje?
Antes diferenciaba más mi personaje de mi yo cotidiano. Ahora hay menos diferencias, porque el hecho de que me siga bastante gente o que tenga una voz reconocida hace que el discurso del personaje adquiera una gran importancia en mi vida. Tengo que pensar un poco lo que digo; tampoco puedo ir a lo loco. Al principio sí que decía más cosas sin sentido o expresaba opiniones que luego me resultaban imposibles de mantener. En los últimos tiempos estoy más formada para hablar libremente, para reivindicar nuestros derechos y sobre todo para denunciar todas las injusticias.
¿Una Sílvia Rubí más intelectual?
Sí, sin duda. Me encanta juntarme con personas que sepan y me puedan explicar aspectos que desconozco. Siendo trabajadora sexual en ocasiones desconozco cómo funcionan las leyes en países a los que viajo. Y a veces pienso: “tal vez la estás liando; tendría que tener cuidado con esto o aquello”. Siempre quiero aprender, conocer, sobre todo por las características de la industria del porno.
Por la presencia mediática de Sílvia Rubí, podemos observar que el “yo personaje” ocupa una gran parte de tu tiempo.
Me paso el día en las redes sociales como Sílvia Rubí. Solo tengo un perfil personal en una red social, donde soy muy selectiva con las solicitudes de amistad. Todos los otros perfiles son del personaje de Sílvia. Es verdad que en ocasiones me cuesta diferenciar, por ejemplo, pienso: “tal vez no deberías poner que estás por aquí de fiesta on fire”. Aunque debo decir que este tipo de publicaciones también sirven para que tus seguidores te vean más como persona y menos como personaje.
Una tensión brutal entre el yo íntimo y el yo profesional. ¿Es una buena simbiosis?
Sí, sin duda. Como Sílvia no tengo vergüenza para ir a preguntar por un trabajo o llamar a una puerta. Mi yo real es supertímido; hay multitud de situaciones que me cuestan mucho. No me gusta la gente. Soy muy diferente a lo que viene siendo el personaje. El personaje sube al escenario y quiere que cuanta más gente la vea, mejor.
¿Tu yo genuino procede del mundo punk?, ¿dark?
Sí, claro, yo era dark, muy dark. Gotizorra. Era gotizorrilla [risas]. Tenía todo el sentimiento emo.
Hablas en pasado, aunque ¿aún performativizas estas subculturas? Tattoos, piercing…
Desde el principio sabía que iba a tatuarme mucho. Todo el mundo: “No te tatúes tanto porque no vas a encontrar trabajo”. Pero entonces era la época de las suicide girls, y tenías pocos tatuajes como para ser tan alternativa. Estaba a medias.
Pero ahora sí que ya estás en la categoría de suicide girl.
Ahora nadie me quiere porque tengo demasiados tatuajes. Ahora ya pasó la moda de las suicide girl y dicen que no vende. Esto va por modas. Ahora en la industria del porno si tienes muchos tattoos te quedas fuera. Ahora lo que vende es una chica no operada y que parezca una niña.
¿Esto es cultura de la pederastia?
Sí, ahora cogen a las chicas muy jóvenes, muy chiquititas. Aunque en parte siempre ha sido así, porque una actriz empieza con dieciocho años. La carrera real es al principio, hasta los veintipico. Cuando llegas a los treinta ya eres MILF. Esto me encanta porque yo tengo treinta y dos y no me veo de MILF, la verdad.
¿Cómo ha sido la experiencia de ser directora artística del Salón Erótica de Barcelona?
A mí me parecía muy interesante enseñar al público que en el sexo hay todo un mundo que supera el mete-saca. Aparte del porno mainstream, que viene a ser: en un sofá, un chico, una chica, mucha felación, poco cunnilingus, mete-saca rápido, corrida del tío y ya está. Quería apartarme de todo esto porque sé que la industria del porno tiene otros recursos y otras vías para expresar cómo sientes el sexo. Para mí el porno es expresar cómo siento el sexo. Quería ver diferentes cosas. Teníamos un show que sencillamente era de fetichismo de dientes, limpiándose los dientes. A mí este fetichismo me encanta porque lo encuentro extremadamente erótico. La gente que lo estaba viendo, decía: “¿pero qué cojones estoy viendo?, ¿unos que se están limpiando los dientes?”. Pero tiene todo su trasfondo. Al que está haciendo este show le excita mucho esta parafilia. Me interesaba tanto contar con actores y actrices que hicieran buenos shows, como saber que el público los disfrutase.
Desde los discursos antiporno se asume que la chica no disfruta mientras mantiene sexo porno.
Se asume. Se da por hecho que una actriz porno no disfruta mientras graba. Por todo el discurso de gente totalmente alejada del mundo del porno, que asevera que el porno es malo, es oscuro, se utiliza y se viola a las chicas. Todo el mundo se piensa que conoce el mundo del porno porque ha visto un par de programas cutres y sensacionalistas en los cuales entrevistan a un par de personajes de la industria española, sacan la chica joven que acaba de empezar y hará su primera DP [doble penetración], hablan del BDSM como si fuesen personas que están mal de la cabeza. A los actores y actrices que participamos en el porno siempre nos ponen etiquetas estigmatizantes. En consecuencia, el gran público se hace una idea totalmente equivocada de nosotros. Las etiquetas nunca las ponen a los productores que se están forrando.
¿Qué alternativa proponéis al porno?
Primero le llamábamos porno alternativo; ahora le llamamos porno ético para quitar todo el estigma al porno. Eliminas el estigma cuando contratas a gente con un rango de edad más amplio, sin necesidad de que las chicas siempre sean teenagers. Intentamos buscar el placer de la mujer y que este se constate en la escena, sin fingir y repitiendo la escena hasta que salga. Es decir, que la escena sea real.
¿La distribución económica también será más ética?
Sí. La dimensión ética también entronca con los aspectos económicos. En el porno mainstream la chica cobra más que el chico, aunque si el chico es más famoso cobrará más. En el porno ético se trata de que todo el mundo cobre lo mismo. En el festival erótico de Barcelona decidí que todos los performers que no hiciesen sexo en vivo cobrasen lo mismo. Y los que hacían porno cobraban más, pero todos igual. Esto me comportó problemas porque a algunos veteranos no les pareció bien cobrar igual que un novato. Y tuve que justificar que esta decisión era por una cuestión ética, y recordar cómo nos explotaron a todos cuando empezamos. Yo misma me comí un montón de festivales sin cobrar ni un euro. Solo por eso que llaman “promoción”. Luego con el tiempo todo esto se nos olvida. El porno ético debe superar estas desigualdades y relaciones de poder.
“El porno ético debe ser feminista. No existe una cosa sin la otra. El porno feminista busca el placer y las fantasías de la mujer, al mismo nivel que históricamente el porno ha representado las del hombre”
Esta propuesta artística subvierte la lógica mainstream. ¿Te ha comportado muchos problemas?
No he tenido muchos problemas. Me he encontrado menos de los que me esperaba. Hay que reconocer que a mucha gente no le ha gustado cómo lo he llevado porque he reducido el número de shows porno. A mucha gente le ha parecido excelente la amplitud de propuestas que hemos ofertado, pero otros estaban acostumbrados a pagar veinticinco euros y tirarse diez horas haciendo fotos y vídeos a gente follando. Vamos, que tenían porno para todo el año y ahora les he cortado esta fuente de porno gratis.
¿Cómo ha vivido esta metamorfosis la dirección del festival erótico de Barcelona?
El propio salón quería cambiar. Me han dado carta blanca para escoger a los artistas que considerase más interesantes. Desde la dirección hemos tenido toda la complicidad y no ha habido ningún problema.
¿Cuál es la receta de Sílvia Rubí para consumir porno “sostenible”?
Lo más importante es conocer la oferta disponible para entonces poder decidir qué es lo que te interesa. Una vez sabes lo que quieres, sigues directamente a los performers que más te gustan. Cada performer tiene un perfil en OnlyFans, en ManyVids u otras plataformas donde cuelgan directamente contenido. Es una forma de romper con la hegemonía de las grandes productoras. Estas tienen el dinero, en consecuencia, poseen el poder para hacerte más o menos famosa. Ahora ya no es así. Los propios performers tienen el poder de decidir cuánto y cuándo trabajar. Entonces te pones a hacer tu producto y lo vendes directamente al consumidor en páginas habilitadas para tal fin. De acuerdo que estas páginas son de un tercero que vive a costa del performer, pero con un porcentaje y un rédito extremadamente inferior a lo que nos tiene acostumbrado el porno mainstream. La recomendación es pagar directamente a los performers. Así se reduce su explotación y precariedad. Si pagas a una productora, esta tiene que ser ética.
¿Qué relación hay entre el porno ético y el porno feminista?
El porno ético debe ser feminista. No existe una cosa sin la otra. El porno feminista busca el placer y las fantasías de la mujer, al mismo nivel que históricamente el porno ha representado las del hombre.
¿El producto del porno feminista es atractivo para los hombres educados en patriarcado y porno mainstream?
Los hombres también están hartos de ver siempre la misma escena, con el mismo sofá, con los mismos actores, con la misma rutina, las mismas poses, los mismos planos. Y buscan otras cosas porque todos evolucionemos. Si les ofreces otros productos, es probable que quieran cambiar. Cuanta más oferta tengan, más podrán ampliar el marco y más podrán conocer su sexualidad. Así podrán desarrollar sus fantasías, conscientes de que son esto: fantasías que en la realidad no las podrán llevar a cabo.
¿Cómo incorpora el porno feminista a la mujer como consumidora de porno?
La mujer debe superar el tabú de que no consume o no puede consumir porno. Aceptar que hay un público femenino posibilita en mayor medida que la mujer deba ponerse detrás de la cámara como directora, así como innovar en las fantasías y proponer un nuevo perfil de mujer performer. Obliga también a una presentación más cuidada del set de rodaje y a no querer repetirse. Las mujeres quieren un nuevo porno, pero insisto en que los hombres también lo quieren. La mujer ya ha superado el tabú. Ya no niega que se masturba ni que ve porno. La gente está más abierta a hablar de sexo.
¿Y cómo ha sido y es tu experiencia como directora?
Como directora siempre he tenido total libertad para crear como yo he querido. Para mí el porno es una forma de expresar cómo yo siento el sexo. Siempre que hago de directora voy a buscar fetiches y sensaciones que no sean mainstream. Es muy importante que las mujeres tengamos esta oportunidad para crear nuevas realidades en el porno. Aunque si a las mujeres siempre nos miran con lupa, a las mujeres directoras parece que no podamos equivocarnos y tengamos que representar la perfección. Muchas veces te cuestionan como directora, porque te vienen a decir: ¿cómo vas a dirigir porno si el porno es para hombres? Esto pasa mucho en España.
Por lo que comentas, parece que el porno en España es muy piramidal.
Sí, parece que los roles están muy marcados. E incluso hay productoras que van de éticas y no lo son. Porque como esto de ético vende, pues lo dicen, pero lo que quieren es hacer dinero. Algunos con el porno ético quieren lavarse la cara y otros quieren reinventarse. Como es el caso del Salón Erótico de Barcelona, que se estaba quedando muy atascado y pensaron que si incorporaban a mujeres podrían revolucionarlo. Mucha gente piensa que debe tomar la ola feminista para sobrevivir. Y la verdad es que les ha salido bien, pero a todas, como industria, nos ha salido mejor. En el Salón Erótico vimos otro perfil de público.
¿Se notó mucho el cambio de público durante la edición 2019?
Sí, mogollón, una pasada. En las otras ediciones la gente estaba dentro como una hora. En esta, la gente estaba mucho más rato en los talleres, en los espacios educativos, se notaba otra actitud hacia la oferta.
¿Cuál es la relación comercial de una performer con las productoras?
Cuando una performer graba una escena con una productora, esta escena es suya para siempre: hasta el infinito y más allá. Te dicen que la pueden explotar en cualquier formato existente y en todo formato que se invente. Tú vas a cobrar una pasta por rodar la escena, normalmente unos cuatrocientos euros. Si esa escena se convierte en la más vista del mundo mundial, tú no verás ni un céntimo más. Y esta escena la explotarán hasta el hartazgo. Harán refritos de las escenas, y la misma te la sacarán mogollón de veces. Yo tengo una escena para Private y está en seis DVD.
“No solo los políticos y las altas esferas criminalizan el trabajo sexual, sino que cada vez a un nivel más popular veo que la gente muestra mayor rechazo a la prostitución. El abolicionismo solo quiere desprestigiarnos y convertirnos en más vulnerables”
Si las productoras viven a vuestra costa, ¿podemos decir que las grandes plataformas de porno gratuito como PornHub o Xvideos os parasitan?
Total. Ahora, para más inri, PornHub, después de chupar todo lo que ha querido, ha habilitado un espacio para creadores. Ya que te ha robado toda la carrera, ahora, para que ya no te puedas enfadar más, te permite subir tu contenido y así nadie te lo puede robar porque si otro usuario te pilla un vídeo y lo deja en abierto, PornHub lo castiga. Y por fin te deja ganar dinero, poco, pero es una novedad; aunque no estoy para nada de acuerdo con PornHub, que después de reventar el mercado ahora tengas que darle material con el cual se sigan lucrando. Pero tampoco soy gilipollas; porque PornHub es la plataforma con la cual pues ganar más dinero. Con PornHub vas a tener mogollón de visitas y cobras por visita, por descarga, por membresía. Cobras unos pocos céntimos por acción, pero tienes miles. Vivimos del clickbite y de las descargas.
¿Cuál es el mejor producto para los performers en la era de internet?
Las membresías, es decir, que tus seguidores paguen una pequeña cuota mensual. Funcionan muy bien porque te obligan a subir material continuamente y a mantenerte activa. Esto te permite romper con las productoras clásicas y su lógica extractiva.
¿Una mirada subalterna a la industria para poder vivir?
Es que ya basta de abusar. Me parece muy interesante que se creen estas herramientas, porque así uno mismo puede decidir sobre sí mismo. A veces nos quejamos de que en la industria del porno las cosas están fatal. No vemos que nos falta cultura educativa y mayor conciencia de la situación. Los productores y directores se mueven para mejorar su situación. Pero entre los performers hay una gran desinformación y desinterés; como graban un par de veces por semana y con eso ya tiran, no se paran a pensar qué será de su futuro cuando la industria prescinda de ellos. Aunque cuesta tomar consciencia. Para muchas es solo un trabajo puente en el cual están un par de años o tres y luego se dedican a otras cosas. No ven el porno como yo lo entiendo.
¿Cómo lo entiende Sílvia Rubí?
Es una industria con muchas posibilidades. Si a algunos, como productores y directores, les es rentable a largo plazo, también debe serlo para los performers. Debemos cambiar el chip. En Estados Unidos la mayoría de performers son empresarios de sí mismos. Se lo hacen todo ellos solos sin necesidad de terceros. Eso les permite vivir en condiciones.
¿Sílvia Rubí puede vivir bien en Barcelona?
Yo vivo bien porque también soy trabajadora sexual. Es de aquí de donde saco la pasta para vivir bien. Del porno no gano lo suficiente. Y es que Barcelona está imposible; he estado dos años viviendo sola pero ahora comparto piso porque tenía que viajar el triple para pagar la casa y, claro, nunca estaba en casa.
El porno siempre es objeto de crítica porque se le acusa de ser el principal educador sexual. Pero si no les ofrecemos otra alternativa, solo les queda el porno. ¿Qué nos falta como sociedad en el ámbito de la educación sexual?
Nos falta dejar de ser tan tímidos y tener tantos tabús y barreras. ¿Por qué la gente se ruboriza cuando hablamos de sexo? Aunque el problema de fondo es la falta de comunicación, en todos los sentidos, entre padres e hijos, porque se pasan el día currando y nunca tienen tiempo para hablar de las cosas realmente importantes. Alguna gente ve muy normal no hablar con sus hijos.
Además, aún encontramos censura en diferentes niveles.
Otro drama es que, en las redes sociales, donde los chavales pasan mogollón de tiempo, no puedas hacer educación sexual porque te censuran y te cierran las cuentas. Esto pasa en Instagram y en Facebook. Ya no digo contenido sexual explícito, sino que no te dejan hablar. En YouTube no puedes hacer un vídeo de educación sexual porque lo consideran sexo y lo censuran.
¿Ves muchas resistencias?
Sí, muchas. Conozco muchas psicólogas que han montado programas de educación sexual y la inmensa mayoría de institutos les rechazan cualquier colaboración. Piensan que no hablando de sexo evitan problemas, que al menos así se ahorran broncas con los padres. Y que quede claro que ponemos mucha atención con los chavales, pero la gente de entre treinta y cincuenta años también necesita de un reciclaje en educación sexual. ¿Qué puede explicar un padre a su hijo si no sabe ni dónde está el clítoris? Muchos padres carecen de habilidades para ejercer de referentes sexuales. Si no les hablas a tus hijos les abandonas a la suerte del porno, y lo que es peor, a la información de los colegas, llena de mitos y errores. Claro, luego los chicos se piensan que tienen que hacer una escena megasalvaje y las chicas piensan que deben dejarse hacer de todo.
“No entiendo por qué algunas mujeres quieren que sus iguales no tengamos derechos ni protección. ¿Por qué trabajan para dejarnos aún más desprotegidas?”
En los últimos tiempos, a través del abolicionismo de la prostitución, hemos visto un interés renovado de los viejos valores. ¿Cómo interpretas este resurgimiento de los gobernadores de almas?
¡Pero qué les pasa! No solo los políticos y las altas esferas criminalizan el trabajo sexual, sino que cada vez a un nivel más popular veo que la gente muestra mayor rechazo a la prostitución. Aunque el discurso abolicionista está dirigido por las clases más pudientes; por ejemplo, salieron un par de niñas pijas con un vídeo abolicionista que se hizo viral, cuya consecuencia fue estigmatizar y criminalizar aún más el trabajo sexual. No aportaron ninguna solución. El abolicionismo solo quiere desprestigiarnos y convertirnos en más vulnerables.
¿La trata es el fenómeno que los justifica para querer erradicar todo trabajo sexual?
Claro, con el argumento de la trata nos ponen a todas en el mismo saco porque consideran que toda prostituta es víctima de trata, y dan a entender que prostitución es igual a trata. Pero no atienden ni a razones ni a argumentos. Te vienen con unos datos que no sabemos de dónde los sacan, porque, si buscas un poco por internet, por mucho baile de cifras que puedas encontrar, todos los datos fiables están muy lejos de los porcentajes de trabajadoras sexuales víctimas de trata que ellas dicen que hay.
No atienden a razones. En esto conecta directamente el abolicionismo con el prohibicionismo.
Es que da igual cuántas veces les demuestres cómo van las cosas. A mí lo que más me jode del abolicionismo es que se ataca directamente a las trabajadoras independientes. Las abolicionistas nunca van a ir a atacar la raíz del problema ni a los responsables de trata ni nada por el estilo, siempre van a por las más vulnerables. Atacan a las independientes y nunca atienden ni respetan que están allí porque quieren, que trabajan según su horario y atienden a quien quieren. ¿Por qué van en contra de esta persona que va por libre? Cuando esta persona lo único que pide es respeto por sus libertades y sus derechos. Nada más. No necesitamos tutorías paternalistas o maternalistas.
¿Y todo esto crea un estigma insufrible?
Sin duda. A mí personalmente me la suda bastante lo que piensen las otras personas de mí. Yo siempre lo normalizo. Cuando alguien que no me conoce de nada me pregunta a qué me dedico, contesto con total naturalidad: “me dedico al porno” o “soy trabajadora sexual”. El estigma en sí me da igual, pero me jode que las personas no luchen ni respeten los derechos de sus iguales. Se ataca a las personas más débiles, es decir, a las mujeres.
Mujeres, pobres e independientes.
Totalmente. A los hombres nunca los atacan y también hay unos cuantos. Hay muchos scorts chicos que a la vez trabajan como actores porno. Nadie les pregunta ni les ataca: ¿no será esto también un poco machista?
La sociedad española ha convivido con la prostitución durante siglos. Es más, durante el siglo xx, cuando el nacional-catolicismo ordenaba el sistema de valores de los españoles, era habitual que los hombres perdiesen la virginidad en un servicio de prostitución, sin que todo esto despertase ningún interés entre la opinión pública. Me llama profundamente la atención que el abolicionismo haya ganado tanta centralidad mediática en los últimos cinco años. ¿Qué ha pasado en los últimos años?
En cierta medida, la ola feminista ha permitido la aparición de diferentes reivindicaciones, y el abolicionismo es uno de ellos, compartido solo por una minoría, pero cada vez más presente. No entiendo por qué algunas mujeres quieren que sus iguales no tengamos derechos ni protección. Sobre todo, lo que necesitamos es protección. ¿Por qué trabajan para dejarnos aún más desprotegidas?
Porque ¿cuáles son las reivindicaciones de las trabajadoras sexuales?
Queremos que desaparezca cualquier sanción o coerción por ejercer la prostitución. Queremos que se reconozca como trabajo y que lo podamos ejercer en condiciones, con todos los derechos, pero también con todos los deberes como trabajadoras.
¿Qué modelo legal de prostitución necesita España?
En el mundo hay diferentes modelos. El modelo alemán, en que es legal la prostitución, pero con una fuerte burocratización; esto termina favoreciendo la trata, porque las más vulnerables no pueden acceder al sistema legal. En este sentido no queremos una legalización, porque seguramente solo los de siempre, más concretamente el de siempre, porque será un hombre, podrá cumplir con los requisitos legales sin que esto sea una garantía de que se mejoren las condiciones de trabajo ni se luche contra la trata. Por eso es muy necesario que se regularicen las situaciones de migrantes ilegales. En ellas su vulnerabilidad como migrante precipita que se conviertan en víctimas de trata. Ciertos modelos de legalización podrían empeorar las condiciones de existencia de las trabajadoras sexuales.
Pero ¿debemos encontrar una fórmula de legalización que imposibilite la trata y los abusos?
Tendremos que ver cuáles y cómo. En la actualidad, casi todos los modelos son defectuosos. En los Países Bajos hay muchas trabajadoras sexuales víctimas de trata. En Inglaterra puedes ejercer la prostitución, pero siempre en solitario; no permiten pisos ni nada por el estilo. Este modelo desprotege a la trabajadora porque permite que el cliente se ponga violento sin que nadie pueda interceder. El modelo australiano se acercaría a lo que necesitamos, con derechos laborales, poniéndolo muy difícil a las redes de trata y con un amparo legal que te iguala los derechos a los de cualquier trabajador. Ahora mismo estamos muy desprotegidas; por ejemplo, en Murcia, una chica concertó un servicio, se presentaron cuatro tíos más y la violaron los cinco. La chica fue al hospital y quedó acreditada la violación. Presentó denuncia y en el juicio le dijeron que se jodía porque era puta. Duro. Muy duro. Tengo compañeras que han sufrido una violación durante un servicio. La ley nos deja desamparadas y los abusadores lo saben.
Estas tropelías podrían validar el discurso abolicionista. ¿Qué les dirías a las abolicionistas para que no utilicen sesgadamente estas violencias?
Se tienen que unir a la causa de sus hermanas. Me parece muy absurdo y cruel preferir que nos muramos. Tampoco entiendo a las personas feministas que desprecian a las transexuales. Justamente, el feminismo es para mejorar las condiciones de vida de todas las personas que vivimos agraviadas por el patriarcado. Si nos vamos poniendo exquisitas: “tú no, porque tal…; tú no, porque cual”... Es que así vamos fatal.
Es que tal vez la gran victoria del patriarcado es mantener el feminismo fragmentado.
El abolicionismo, tal y como decía, aprovecha la ola feminista, pero ha conseguido estigmatizar a la mujer y dividir a las personas que nos consideramos feministas. Estamos jodidos. Lo veo jodido porque el PSOE tiene en su agenda política tirar para adelante una ley abolicionista. Espero que no prospere; pero si la aplican vamos a sufrir mucho y nuestras condiciones de existencia se volverán aún más precarias.
Vayamos a las drogas. ¿El cannabis es un buen acompañante del sexo?
A mí me gusta follar colocada. Me encanta con pastillas de éxtasis. Pero con el cannabis me encantan las sativas, ir bien colocada y pensar que nos estamos deshaciendo. Me encanta el THC a saco; lo del CBD no lo termino de ver claro [risas]: si no me voy a poner ciega, para qué voy a fumar. Por eso dejé de fumar tabaco hace siete años. Bueno, lo del CBD lo veo bien, pero para aquellos que no quieran colocarse por diferentes motivos o porque les vuelve un poco lokers. Cannabis y sexo es una combinación excelente.
¿Mejora la experiencia sexual?
Depende. No es sota, caballo, rey. No todas las veces que combinas sexo con cannabis tiene que ser la hostia. También depende mucho de con quién lo tomes. Tengo diferentes parejas sexuales y con algunas pruebo unas cosas, con otras unas diferentes y con otras pruebo y luego ya no repito. A mí me abre emocionalmente y me da mayor sensibilidad. El tacto me flipa, es mi sentido favorito. Estar ciega me encanta. He follado también, algunas veces, de Nexus y LSD.
¿Y fumas sin sexo?
Fumo por la noche para acabar el día. A modo de punto y final para hacerme una paja.
¿Cuáles son los planes de futuro de Sílvia Rubí?
Seguir produciendo para mí y publicando en mis canales, tal vez más activamente. En ocasiones he querido hacer cosas más profesionales y, como dependes de los otros, me he encontrado demasiados gualtrapas que me han dejado tirada. Por eso quiero hacer producciones más personales, sin dedicarle ni mucho tiempo ni dinero, porque cuando lo cuelgas en cualquier plataforma grande siempre te lo acaban robando y lo cuelgan en cualquier sitio. Y, en el futuro, claro, seguir viajando y seguir conociendo a gente bonita.