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100 canciones sobre drogas (24)

39 The Stranglers /38 The Fraternity of Man /37 Hüsker Dü

"No eternices ese porro, colega, / pásamelo ya / líate otro, y hazlo igualito / este ya se ha quemado del todo / venga ya y enróllate / no eternices ese porro, colega / pásamelo ya"

39 The Stranglers. “Golden Brown” (7” United Artists, 1981)

El ocre o marrón dorado del título podría ser el de las barritas de opio, aunque su autor, el guitarrista Hugh Cornwell, jugaba inicialmente al despiste asegurando que se refería a la piel tostada de su novia de entonces. En el 2001 reconocía haber empleado la ambigüedad: “Golden Brown” tenía la doble acepción de heroína y mujer, ya que ambas le proporcionaban placer: “Marrón Dorado, de textura solar / me acuesta, con mi mente escapa / a través de la noche / es inútil resistirse / nunca hay reproches con Marrón Dorado / cada vez es como si fuera la última / en su navío atado al mástil / hacia tierras lejanas / me toma las manos / nunca hay reproches con Marrón Dorado / Marrón Dorado, experta tentadora / a través de los tiempos se dirige al este / desde la distancia, permanece por un día / nunca hay reproches con Marrón Dorado”. Ya durante la grabación de sus dos anteriores álbumes, The raven y The gospel according to the meninblack, la banda había tomado la decisión “artística” de consumir heroína a diario durante un año...; a ver qué sucedía, creativamente hablando. La sección rítmica se apeaba de ese programa en breve, pero Cornwell y el bajista Jean-Jacques Burnel perseveraban, despeñándose por “un abismo surreal, oscuro y necromántico”. En palabras del segundo: “La heroína te anestesia, te desensibiliza, te vuelve desconsiderado con los demás y te hace introvertido; lo único en lo que piensas es en más heroína”.

38 The Fraternity of Man. “Don’t bogart that joint” (del álbum The Fraternity of Man. ABC, 1968)

Todos hemos sido testigos en alguna ocasión del celo con que los egoístas se aferran a un petardo y postergan su rotación como si la cosa no fuera con ellos. Ni con cirugía podría separarse al fumeta insolidario del monopolizado flai. De eso versa este novelty contracultural. Inicialmente grabada por The Fraternity of Man pero interpretada por múltiples contemporáneos (Grateful Dead, Country Joe & The Fish), la versión de esa banda de Los Ángeles, en la que confluían futuros miembros de Little Feat y antiguos componentes de Mothers of Invention, formaba parte de un primer LP que hacía popular el tema entre la parroquia freak angelina. El abasto nacional se lo ponía a tiro al ser seleccionada para la BSO de Easy rider un año después. “No eternices ese porro, colega, / pásamelo ya / líate otro, y hazlo igualito / este ya se ha quemado del todo / venga ya y enróllate / no eternices ese porro, colega / pásamelo ya / líiiiiiate otro / y hazlo igualito / te has apalancado ese porro / y a mí también me gustaría pegarle una buena calada / no eternices ese porro, colega / pásamelo ya”. La etimología de bogart deriva de Humphrey Bogart y el férreo estoicismo con que sus labios aprisionaban el cigarrillo en las películas noir. En consecuencia, “bogarting the joint” equivale a ‘apoderarse del mai’. En el segundo álbum del grupo estaba presente el tema “Too high to eat” (‘Demasiado ciego para comer’).

37 Hüsker Dü. “Pink turns to blue” (del álbum Zen Arcade. SST, 1984)

“Cada día salía por ahí a pillar / pero para mí no era una puta / celebrando cada día la manera que ella creía debía ser / no sé que hacer, ahora que el rosa es gris / siempre estuvo a mi lado y nunca intentó marcharse / aguantando por mí y como un árbol por lo que creía / no más soga y demasiada droga, está tendida en la cama / ángeles paseando, depositando suavemente rosas alrededor de su cabeza”. Ascendencia y caída de una mujer que contrae la adicción y fallece por sobredosis de heroína, “El rosa se ha vuelto gris” –traducimos blue por ‘gris’ para acomodarnos mejor a su significado de ‘tristeza’– es una de las canciones más sentidas de uno de los álbumes seminales del post-punk alternativo americano de los ochenta. Una crítica exultante de ese poético angst tan intrínseco a Bob Mould, el autor, de los devastadores efectos de la droga y su papel en el organigrama de la alienación que rige a la sociedad contemporánea estadounidense, hoy pandemia global, que era el eje temático del doble LP conceptual al que la canción pertenecía. En 1987 la banda se disolvía; si hemos de creer a los rumores, debido a desavenencias internas y excesos químicos varios, en especial los del batería Grant Hart, que según sus palabras no pudo dejar el caballo hasta que dejó el grupo.

 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #257

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