44 Future. “I serve the base” (del álbum DS2. Epic, 2015)
“Di por el saco por ahí y lo hice a mi manera / ven y folla conmigo, nena, soy una franquicia / intentaron arrancarme el alma / intentaron privarme de mi confianza, sabiendo de mi arrogancia / a la mierda las entrevistas, estoy harto / me importa una mierda, lo dejo para los jóvenes / intentaron fabricar una estrella pop y crearon un monstruo / este negrata estaba deprimido, pero mi mente ha sanado / los malos días inhalo amor / me bautizaron en el interior de un Actavis púrpura / debieron decirte que me tomaba la píldora / paso cocaína en algunas Reeboks / negratas, estoy en la Casa Blanca jugando a dados / pasé de mi conciencia y debo vivir con ello / soy un insaciable crónico, necesito desintoxicarme / yo sirvo la base”. La base no es otra que la freebase, droga de pobres de la misma familia que el bazuco y el crac, por lo tanto, elaborada con cocaína combinada con otros alcaloides y productos. El rapero estadounidense Future condensó en este tema su descontento con la industria discográfica y el hipotético pluriempleo que desempeñaba para nutrir su cuenta corriente, trapicheando con perica. Plagada de giros lingüísticos callejeros y ambiguas alusiones, “I serve the base” contenía también una referencia al estimulante sexual Sildenafilo Actavis. Del mismo autor está disponible Tony Montana, single en honor del ilustre farlogánster interpretado por Al Pacino en Scarface.
43 The Velvet Underground. “Heroin” (del álbum The Velvet Underground & Nico. Verve, 1967)
Originalmente aparecida en 1967 en el primer LP de la banda neoyorquina, “Heroin” no cobró relevancia social en Europa hasta que Lou Reed la regrababa en el icónico Rock’n’roll animal (1974). La versión española de ese disco omitía “Heroin”, sustituyéndola por tres canciones ajenas a su contenido; censura de la que inexplicablemente salía indemne “White light / white heat”, otro título de The VU incluido en RnR animal, que, si bien bajo una narrativa implícita, describía en detalle la experiencia anfetamínica. “Heroin” también sería expurgada en la tardía edición española de “Live 1969”, otro álbum de The VU. Nada de todo ello impedía que, para cuando Reed actuaba por primera vez en la Península, el año 1975, el público ya supiera de ese tema aquí tabú, y precisamente por ello, santo grial de todos los aficionados. Ignorando las advertencias gubernativas, Reed la interpretaba acompañada de una mímica que transformaba el micrófono en simbólica chuta. Dicha versión de “Heroin” realizada en solitario formaría parte de la romantificación rockista de la heroína que tenía lugar esa década en el rock, recogida luego por el punk, y que tantos identificarían con la iniciación en la aguja. Convertida en himno generacional, su condición de arquetipo está plenamente justificada por la doliente sinceridad –únicamente igualada por Boris Sujdovic con “Coming down”, en su primer álbum en solitario– con que ilustra el potencial evasor de la droga en un mundo cuya barbarie no parece haber cambiado mucho desde que se escribiera.
“No sé adónde voy / pero voy a tratar de llegar al reino, si puedo / porque hace que me sienta un hombre / cuando me meto un pico en la vena / y las cosas ya no son igual / cuando tengo la subida / y me siento un hijo de Jesús / creo que no sé / creo que no sé / He tomado una gran decisión / voy a tratar de anular mi vida / porque cuando la sangre empieza a fluir / cuando sube hasta el cuello de la jeringa / nadie puede ayudarme, ni vosotros, tíos, / ni todas vosotras, dulces chicas con vuestra dulce conversación, / os podéis ir todos a paseo / Ojalá hubiese nacido hace mil años / ojalá hubiese surcado los oscuros mares / en un gran clíper / yendo de un país a otro / lejos de la gran ciudad / donde un hombre no puede librarse / de todos los males ni de esta ciudad / ni de sí mismo ni de los demás / Heroína, heroína, sé mi muerte / heroína, heroína, es mi esposa y es mi vida / porque una dosis en mi vena / va hasta un centro de mi cabeza / y entonces me siento mejor que muerto / porque cuando el jaco empieza a correr / ya no me importa lo más mínimo / todos los payasos de esta ciudad / y todos cargándose a los demás / y todos los políticos haciendo un ruido infernal / y todos los cadáveres amontonados en pilas / Cuando la heroína está en mi sangre / y esa sangre está en mi cabeza / doy gracias a Dios por estar tan bien como muerto / doy gracias a Dios porque nada me importe / doy gracias a Dios porque no estoy consciente”.
Además de “Heroin” y “White light / white heat”, The VU también inmortalizaban otros dos clásicos tan universales como “Waiting for my man”, la más célebre canción dedicada al camelleo, y “Sister Ray”, donde precisamente un camello venido de Carolina termina con un balazo alojado en el cuerpo: “Me estoy buscando la vena / no podía pincharme de lado / ah, como la hermana Ray decía, / ¡flipando! / ahora como / como anfetamina”.