El trabajo de Sandra Galligaro, que vive entre Francia y Afganistán, ha documentado la vida de los afganos en numerosos reportajes. En las fotos de esta serie –de las que mostramos una selección cedida gentilmente por Galligaro–, se muestra la vida cotidiana de estos hombres en esta casa ocupada que les sirvió durante un tiempo de refugio. Como le contó después a la fotógrafa uno de ellos: "Al menos allí teníamos un techo, los pies estaban secos. Y casi teníamos un poco de privacidad. La verdad es que estábamos bien en Dehmazang”.
“Me dejaban hacer fotos de su vida cotidiana, y a cambio yo les hacía retratos. Fotos ‘bonitas’ de ellos, que no los muestran en una situación degradante; fotos en las que posan, en las que están orgullosos de sí mismos; fotos que les doy después y que pueden enviar a sus familias. Por lo menos pueden mirarlos. A través del acto simbólico de la fotografía intento devolver un poco de dignidad a quienes a veces la han perdido”, cuenta la fotógrafa sobre esta serie de retratos que agrupó bajo el título de Heroína.”
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