Uno de los aspectos más interesantes de las actrices porno es que todas viven en estrecha conexión con lo prohibido, reclamando la normalización de lo que no se puede hacer, de lo que no está bien visto. Eso las abre a experimentar con los sentidos y las pautas sociales. De hecho, existe el prejuicio de que las estrellas del porno adoran la marihuana, tan extendido como para que las no fumadoras se quejen de tener que lidiar con el estereotipo. A los seguidores les chifla verlas fumar en pleno POV (point of view, plano subjetivo), pero lo cierto es que estas escenas se suelen rodar con tabaco o con alguna especie similar. Lo que nadie puede evitar es que ellas acudan al rodaje con la sustancia fluyendo desde casa, que disfruten más del sexo cuando están colocadas o que lo primero que hagan tras el trabajo bien hecho sea encender un porro.
Lo cierto es que hay unas cuantas, así que vamos a conocer algunas de las más destacadas. Bajo mi punto de vista nos encontramos ante activistas en pro de la libertad para hacer con el propio cuerpo lo que a uno le dé la gana, y a menudo se enfrentan a duras repercusiones sociales y legales. Ni las drogas ni el sexo deberían ser tan importantes. Si hay algo que comparten estas mujeres, además de unas ganas irreprochables de pasarlo bien, es una capacidad portentosa para la supervivencia sobre aguas pantanosas. Encuentro muy saludable que incluso las que han tenido graves problemas con la ley traten de llevar las circunstancias con el humor negro y ácido del que sabe que ninguno de sus delitos era para tanto. ¿Tanto revuelo por hacer cochinadas delante de una cámara, por meter un manojo de hierba seca en un coche y transportarlo de un sitio a otro? ¿En serio?
Katie Morgan
“Creo que la marihuana hace mejores un montón de cosas, siendo el sexo y la comida dos de las más importantes”. Son palabras de la dicharachera Katie Morgan, emitidas entre risas flojas porque su caso es especial. Nació en Los Ángeles en 1980 y recibió la educación escolar dentro del propio hogar por parte de unos padres religiosos y ultraconservadores. Dicho esto, sepamos ahora que ella entró en la industria del porno como medio para pagar la fianza que le pesaba tras haber sido detenida transportando cuarenta y cinco kilos de marihuana desde México hasta Estados Unidos. Ocurrió en el año 2000, y esta valiente rompedora de cadenas no solo consiguió saldar su deuda sino convertirse en una de las actrices más populares del panorama. Su nombre artístico contiene un homenaje al primer nombre de Escarlata O’Hara y otro a la marca de ron Captain Morgan. Extremadamente risueña e inteligente, ha recibido varios premios, ha codirigido un programa de radio y su historia contiene una moraleja aplastante: criar a los niños dentro de una burbuja cerrada y moralista no sirve de nada. Si en su interior habitan la curiosidad y el valor, no habrá secuestro que les aleje de la aventura.
"Creo que la marihuana hace mejores un montón de cosas, siendo el sexo y la comida dos de las más importantes", dijo Katie Morgan, quien entró en la industria del porno como medio para pagar la fianza tras ser detenida transportando cuarenta y cinco kilos de marihuana.
Amarna Miller
El orgullo nacional de esta lista tan gozona es la psiconauta oficial Amarna Miller. Consumidora confesa que participó este año como ponente en la feria Spannabis de Barcelona, se posiciona completamente a favor de la legalización. Su profundo interés por experimentar con estados alterados de conciencia la ha llevado a adentrarse en mundos tan estimulantes como el de las drogas o el BDSM, que le proporciona unos colocones tremendos a base de dolor administrado, como todo, en su correcta dosis y en su correcto entorno. Amarna encuentra paralelismos entre la estigmatización que padecen los trabajadores sexuales con la de los consumidores de sustancias, que tienen que lidiar a menudo con juicios de valor y sermones abrasivos. A ella le toca sufrir los dos frentes, y es una luchadora activa en pro de la información, la regularización y el consumo responsable en todos los sentidos.
Hiperactiva y elocuente, su existencia se basa en desafiar sin tregua una zona de confort cada vez más amplia, que en el último año la ha llevado a vivir en una caravana la mar de apañada. Aldous Huxley siempre está en la mesita de noche de esta dulce ninfa amante de los enteógenos, la psicodelia y las variedades sativas. Sin duda estamos ante una de las hippies más organizadas y enérgicas del planeta.
Jada Stevens
Jada Stevens nació en Georgia en 1988, y empezó en el mundo del porno a los veinte años especializándose en las categorías consideradas más hardcore. Se define a sí misma como ninfómana y fanática del hip-hop, y es, en otras palabras, una colega de ensueño. Aventurera, divertida, voluptuosa y segura en todos los movimientos que efectúa, su usuario en Twitter es jadastevens420 en honor al veinte de abril. Podría decirse que su vida es una orgía continua sobre la hierba. La cantidad de fotos que sube a las redes sociales luciendo canutos de todo tipo resulta abrumadora, es imposible aguantarse la risa ante el espectáculo de sus estéticas de exótica sensualidad acompañadas de chistes propios de fumetas. Un flotador en forma de porro gigante con el logo de Raw, atuendos de fantasía, alegría a raudales.