Si 2018 va a concluir con la regulación de la marihuana en todos los estados de América, del sur al norte, el año que viene se presenta como el año de la cocaína.
A la proliferación de asociaciones de consumidores que se han hecho fuerte en EE UU, se suma la decisión tomada en la cumbre bilateral de México y Colombia de abandonar la guerra contra las drogas y regular todas las sustancias hasta ahora perseguidas, en primer lugar, la cocaína. “Es una cuestión de salud pública. Ha sido mucho el sufrimiento y muchas las muertes que ha provocado una guerra injusta y criminal. No ha sido una guerra contra las drogas, sino una guerra contra las personas”, dijo Andrés Manuel López Obrador, mientras Iván Duque asentía. El mandatario colombiano no perdió la oportunidad de anunciar el lanzamiento de Cocalombia, una marca comercial de cocaína cuyos beneficios costearán la sanidad pública colombiana y otros proyectos para erradicar la pobreza en las zonas productoras. “La cruz que hemos soportado durante tantos años será nuestra salvación”, dijo Duque refiriéndose a la planta de la coca. De momento, el año que viene, además de Colombia y México, regularán la sustancia Uruguay y Argentina, y ya el gobernador de California y el de Nueva York han anunciado su compromiso para la regulación vía legislativa de la sustancia.
En España ha sido Alberto Núñez Feijoo, presidente de la Xunta, el que se ha mostrado más receptivo a trasladar la iniciativa a nuestro país.