Raúl Cimas, sus ficciones y sus flipadas
"Todos somos idiotas en algo"
El 5 de noviembre cumple cuarenta años y es difícil saber si tiene una vida plena o terriblemente ocupada. Raúl Cimas no para: escribe, dirige y edita al menos tres piezas semanales.
El 5 de noviembre cumple cuarenta años y es difícil saber si tiene una vida plena o terriblemente ocupada: imposible ha sido quedar con él para hacerle unas fotos y esta entrevista ha tenido que hacerse vía mail. Raúl Cimas no para: escribe, dirige y edita al menos tres piezas semanales (“Cine Lowcost” para Versión Española de La 2, “Ciudadano Juancar” para Tips de la 2 y “Original Criminals” para Locomundo de Canal Zero), a lo que hay que añadir sus colaboraciones con el músico Dani Martín (Desmontando a Dani Martín) y su implicación en otros proyectos futuros de los que no suelta prenda. Eso sin contar que los fines de semana representa sus monólogos por escenarios de toda España y que en sus ratos libres se dedica a dibujar tebeos.
Demasiada pasión por lo suyo y Orgullo brutal (2014 y 2015, Blackie Books), son hasta ahora sus dos cómic publicados en los que, además de encontrarnos con el autor y sus personajes desnudos, podemos toparnos con, según sus palabras, “un policía en su casa gritando ‘¡Alto, policía!’ ante el espejo”, “uno de Danza Invisible diciendo que Sabor de amor la hicieron entre todos”, “un selfie en un entierro”, “un esquimal con un iglú tatuado en el tobillo” y la invitación a “tomar Viagra antes de ir a la piscina del Barrio”. Su tío adoptivo, Javier Cansado (de Faemino y Cansado), ya decía de él que desde pequeño era “un persono que con dos zapatos te hacía uno”.
Es de Albacete, pero vive en Madrid. Su aparición ante el gran público empezó con los programas televisivos de La hora chanante y siguió con Muchachada Nui, Buenafuente, Museo Coconut y Óxido Nitroso. Entre sus múltiples tareas actuales, ahora también se ha montado en el carro de un espectáculo de monólogos junto a JJ Vaquero, Toni Moog, Txabi Franquesa y otros profesionales de la risa ajena, promovido por CANNA. Un momento, ¿una marca internacional de fertilizantes que lleva años estudiando científicamente el cannabis asociándose con el humor patrio? Pues sí, lo cual es un paso más en la normalización, como me dicen los responsables de la empresa cuando les pregunto por qué se publicitan así: “Queremos implicarnos en aquello que mueve a la gente y mostrar que la diversión es importante en esta vida. El cannabis se cultiva y está presente ya en todas las capas de la sociedad, ¿por qué restringir nuestra publicidad únicamente a los medios del sector?”
Aprovechamos la subida del escurridizo Raúl Cimas a la CANNA Comedy Tour para someterlo a un cuestionario urgente.
Empecemos con una broma tonta para medir el ingenio del entrevistado. Raúl Cimas, ¿siempre en la cumbre?
Madre mía.
Hay monólogos tuyos en Youtube que han sido vistos casi un millón de veces, ¿cómo es eso de ser popular por hacer reír?
Teniendo en cuenta otras maneras de hacerse popular no creo que sea la peor. Igualmente, la popularidad no es el premio. Te ayuda para conseguir trabajo, puede ser un síntoma de que las cosas van bien, pero no me gusta pensar en la popularidad en sí. Mi trabajo es escribir, dirigir, actuar, editar, dibujar… Disfruto con mi trabajo y si tengo la suficiente gente detrás a la que le interesa podré seguir haciéndolo. Hasta ahí mi interés en ser popular o no.
¿Tiene ventajas hacerse pasar por tonto? A menudo en el escenario te presentas como un idiota.
No me hago pasar, tengo el convencimiento de que todos somos idiotas en algo. Como poco, todos hemos quedado como tontos alguna vez. Cuando haces el tonto en alguna situación, te sientes mal y reírte de ello es una salida.
Te presentas como un idiota, pero no tardas en tratar al público de tonto.
No sé a qué te refieres, pero es mentira. Si eso fuera así la gente se iría. Puede que haya bromeado alguna vez con la etiqueta que se pone a este tipo de shows donde se supone que es humor inteligente. Pero vamos, esto es una constante, no la hago yo solo. Provocar un poco a la gente está dentro de las reglas de este tipo de espectáculos. Si crees que todo lo que oyes de un cómico es su opinión personal no has entendido nada.
¿Qué es el humor?
Un mecanismo de defensa, un juguete que sirve de alivio para las preocupaciones.
¿Y el humor inteligente?
Una etiqueta. El mejor marketing que se ha hecho en esto.
También hablas en tus cómics de humor mínimo, ¿en qué consiste?
La historia de humor mínimo tiene más que ver con la valentía o, más bien, con la falta de riesgo. Trata de un grupo de amigos muy políticamente correctos al que se agrega una persona que va llevando sus bromas cada vez más lejos. Ellos están en una zona de confort humorística y no salen del “efectiviwonder” y bromas así y quieren que el humor dentro del grupo se reduzca a eso. ¿Te suena?
Hablando de humor inteligente e imprevisible, ¿cómo es eso de ser sobrino de Javier Cansado?¡
Es maravilloso, sobre todo teniendo en cuenta que no es un parentesco real, sino un título que me ha otorgado él. Le admiro muchísimo y es de esas personas a las que me gustaría ver un rato todos los días.
La gente es la hostia
¿Por qué esa aversión a la gente que hace el gesto de comillas, a los que en Albacete dicen “anyway” para cambiar de tema, a los que en lugar de “sí” dicen “afirmativo”, a los que señalan hacia arriba cuando ponen “su canción”?
No es una aversión personal. Eso sale en un momento de uno de mis cómic en el que el personaje está deprimido y desencantado, y en esos momentos puede que acabes viendo a todo el mundo como unos gilipollas, hagan lo que hagan, porque en ese momento todo es una gilipollez para él. Es un prisma. Tu chica te deja durante un atardecer precioso a la orilla del mar, no se te puede culpar si ese atardecer te parece una mierda.
Los partidos de hoy no dejan de hablar de la gente, los artistas siempre aclaran que son gente normal, ¿qué piensas tú de la gente?
No creo que se pueda tener una opinión de “la gente”. Pero vamos, si hay que mojarse te digo que la gente es la hostia.
¿Y qué crees que piensa la gente de ti?
Pues lo mismo te digo. Cada uno pensará una cosa. no creo que sea una buena pregunta para hacerse a menudo, al menos así en general.
Representarse a uno mismo en el escenario, ¿no te hace sentirte un farsante en la vida cotidiana?
Es que no tiene nada que ver uno con el otro. Donde soy un farsante es en el escenario. Puede que vaya con mi nombre, pero poco más. No me represento a mí, de hecho, cojo muchos tics de personas a las que conozco o he conocido, o he visto por la tele. A veces me preguntan “oye, y tu novia ¿cómo lleva que hables de ella?”, y no tengo novia. Ni cuñado ni suegro. Todo es una ficción. Igual que unas veces digo que se me apareció Dios y todo el mundo entiende que no es verdad, otras parece más difícil de creer, pero, mira, a veces pienso que algo estaré haciendo bien para que crean que es verdad.
Albacete existe
Dicen que Teruel existe, ¿cómo es la existencia de Albacete?
Albacete es una ciudad prácticamente nueva, edificada sobre un cruce de caminos. Tiene muy poca historia comparada con otras ciudades y probablemente aún carezca de una identidad clara. Cuando yo nací, Albacete pertenecía a la región de Murcia, ahora somos manchegos. Para colmo hemos sido el objeto de bromas de todo tipo desde hace años, quizás eso nos ayuda a no tomarnos muy en serio y hacer bromas. Pero en Albacete se vive bien, no es cara, tienes todo cerca y hay muy buen ambiente. Cuando he invitado a amigos, después me ha costado echarlos.
En menos de una década un puñado de humoristas, entre los que están Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Carlos Areces y Julián López, habéis puesto a Castilla la Mancha y Albacete en el mapa del posthumor, parece que por fin el salero no es exclusivo de Andalucía. ¿Qué gracia tiene Albacete para haber exportado tanto humor al resto de las Españas?
Bueno, salvo por el gran pelotazo que fueron los celebrities de Joaquín creo que la conexión con la tierra no es tan definitiva como el hecho de que Joaquín se atrevió a hacer un programa diferente donde los mecanismos de la risa fueran otros. Nos invitó a escribir cosas que nos hicieran gracia de forma intuitiva, sin convencionalismos.
El más allá
Vírgenes, dioses y demonios te asisten en tus sketches, ¿crees en el más allá?
Me encanta el misterio, tanto ficcionado como real. desde niño, no lo puedo evitar. Veo Cuarto Milenio, Alienígenas, y cualquier cosa así. cuando hago chistes sobre eso me hago el escéptico, pero debo admitir que me lo flipo bastante en la vida real.
¿Por qué los devotos tienen esa necesidad de creer?
Todos tenemos la necesidad de creer, todos creemos en algo. Unos creen en Dios, otros creen que si tomas un omeprazol después puedes beber toda la noche. Incluso puedes creer que no hay nada, lo cual no deja de ser una creencia. Es lo que mola, que haya una pregunta al menos para la que no hay respuesta.
Te obsesionan los flipados, ¿a qué viene tanto interés por ellos?
Me gustan las pasiones y me hace gracia el desequilibrio. El otro día investigando para una historieta di con un foro en el que algunas chicas compartían un problema: sus parejas se habían flipado con el submarinismo. Echaban más horas en el mar que en casa. Por puro hobby, no eran pescadores ni nada así. Una contaba que, para colmo, cuando llegaba a casa el chico, se ponía a ver vídeos en internet de otros buceando, y la mujer preguntaba “¿qué puedo hacer?”, “sé que no está haciendo nada malo… está buceando…”, decía. Y otra contaba que acabó mandando a paseo a uno así hace unos años, que solo con llegar a la ducha y ver el neopreno ahí tirado se ponía enferma… Me reí bastante. Flipados submarinos, algún día haré algo con eso.
Pasión por el tebeo
Famoso por sus monólogos, dices que tu pasión es dibujar tebeos, ¿te sientes más libre dibujando viñetas?
No es una cuestión de libertad. Hago mis monólogos con mucha libertad y los programas que he hecho en televisión también. No me puedo quejar en absoluto de eso. La cuestión es que uno se va cansando de viajar, de las presiones, de las prisas, de organizar, y sueña con estar en casa en pijama oyendo buena música y dibujando. Creo que me imagino eso como el que se imagina que, si pudiera, estaría todo el día en la playa o buceando o en su huertecico.
¿Por qué a tus personajes los dibujas siempre desnudos?
Me hacía gracia imaginarme esa situación.
En tus tebeos, tú mismo apareces desnudo, casi siempre compartiendo sillón con Yogur de Piña, una especie de otro yo en el que te desdoblas para poder charlar sobre las flipadas que se te ocurren. Por cierto, ¿cómo se te ocurrió convertir un envase de un yogur de piña en tu interlocutor habitual?
No lo sé. Empecé a dibujarlo sin parar en reuniones de guion de Museo Coconut. me parecía muy bonico y quería algo bonico pero que pudiera llegar a ser muy cabrón. Al fin y al cabo, representa a la imaginación, y yo la veo un poco así, como Yogur de Piña.
Cuando el humor viene de humo
Inspiradores cigarrillos tuneados, sustancia que se cae antes de ser liada, situaciones hilarantes con un porro de por medio… En más de una ocasión, al verte y al leerte, pienso en que humor viene de humo. ¿Qué relación tienes tú con la marihuana?
Creo que socialmente es inspiradora y te puedes reír en reuniones de amigos, pero no me ayuda para trabajar. A mí por lo menos me crea muchas dudas y me impide concentrarme, creo que ese es un lujo que solo se puede permitir el lector.
Supongo que como toda persona razonable estás en contra de la prohibición y a favor de la regulación de las drogas, dejemos ahí el debate público y pasemos a la intimidad de la experiencia: ¿qué sientes tú cuando te fumas un porro?
Pues, hombre, de todo ha habido. Me he fumado porros muy divertidos y otros que me han llevado directo a la cama. Hace tiempo que los relaciono con el momento de relax y los llevo mucho mejor.
¿Alguna anécdota con un porro de por medio?
Creo que los porros son especialistas en originar ese tipo de anécdotas que al terminar de contarlas tienes que decir: “Es que contado pierde”.
¿Y con otras drogas?
Tu sabes qué pasa con lo que pasa en Las Vegas…