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Barcelona consolida el albergue para personas con adicciones abierto al inicio de la pandemia

El comedor del recurso para personas sin hogar.
El comedor del albergue para personas sin hogar.

Después de tres meses en el centro los usuarios redujeron su consumo de alcohol entre un 50 y un 70% y el de sustancias ilegales entre un 30 y un 45%.

El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido consolidar el albergue social para personas con adicciones a sustancias que fue abierto de emergencia durante el primer mes de la pandemia de covid-19. Se trata del único albergue de todo el Estado español pensado para dar cobijo a personas con problemas de adicciones, sirviendo tanto de albergue como de centro de consumo supervisado y como puerta de entrada para servicios de tratamiento para adicciones. Los buenos resultados obtenidos desde que se inauguró han llevado al consistorio y a la ong que lo gestiona a buscar un lugar de instalación permanente.

El albergue, además de varias habitaciones con camas y espacios polivalentes, dispone de una sala de consumo de drogas supervisado con utensilios para hacer un uso seguro de las sustancias y evitar riesgos innecesarios. En ella suelen atender enfermeras, psicólogos y en ocasiones médicos. En conjunto el espacio permite sacar a las personas con adicciones de la vida en la calle, mejorar su salud y darles la oportunidad de replantearse su nivel de consumo e iniciar un proceso para reducir los niveles de adicción.

“Es muy difícil que alguien pueda comenzar un proceso terapéutico si se levanta entre cartones y su principal problema es dónde va a lavar su ropa”, explicó la directora del servicio, Ester Aranda, a elDiario. Desde el servicio, gestionado por la ong ABD, muestran los datos que avalan su funcionamiento: después de tres meses en el centro, los usuarios reducen entre un 50 y un 70% su consumo de alcohol y entre un 30 y un 45% el de sustancias ilícitas.

El proyecto, que hasta ahora ha estado ubicado en un alojamiento de la Fundación Pere Tarrés en Sarrià, se trasladará en marzo al edificio de un antiguo hotel en el distrito de Horta-Guinardó. Según elDiario, el traslado ha generado quejas por parte de la Asociación de Familias de Alumnos de un centro escolar cercano al nuevo emplazamiento. La concejal de Salud del Ayuntamiento, Gemma Tarafa, declaró que en la ubicación actual del centro también hay un centro escolar cercano y que no se ha producido ninguna queja. Para demostrarlo el Ayuntamiento consiguió que el director del colegio visitara el centro y diera cuenta de la ausencia de problemas en relación al colegio.

 

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