El Gobierno de España, en manos del PSOE, ha respondido a Francisco Igea (en la foto), Diego Clemente y Fernando Navarro, diputados de Ciudadanos en el Congreso, quienes recientemente preguntaron al Ejecutivo sobre su posición respecto a la regulación del cannabis para uso medicinal.
La respuesta, en principio, se remite a las conclusiones que ha emitido la Organización Mundial de la Salud (OMS), extraídas de su reunión de noviembre de 2018 donde se analizó “la posibilidad de cambiar la esfera de fiscalización internacional del cannabis”.
Estas conclusiones influirán en la posible reclasificación que realice la Comisión de Estupefacientes de la ONU (CND), organismo históricamente reaccionario. A pesar de que la OMS ha recomendado el cambio de estatus del cannabis, el Gobierno manda señales negativas a quienes esperen una rápida regulación. En primer lugar, vuelve a poner en duda los resultados de innumerables estudios que aseguran la eficacia del uso del cannabis para determinadas dolencias. “A nivel mundial, la eficacia terapéutica y seguridad de los tratamientos del cannabis se estudia en la actualidad y todavía no existe una decisión al respecto”, se lee en el texto.
Pero lo que realmente sorprende del documento son las referencias al uso habitual del cannabis y a los efectos adversos de ese uso, que solo se producen en el consumo recreativo. Parece que todavía no han entendido la diferencia entre consumo por placer y consumo terapéutico. Como se puede leer en numerosos comentarios en la red, parece que están esperando a que las grandes empresas se posicionen.