El vacío legal en España permite a Judas mantenerse en un limbo judicial en el que aprovecha para fabricar sus productos gourmet.
Vender y plantar suele estar penado pero con los extractos cannabicos la cosa no está tan clara y existe un margen (estrecho para algunos, amplio para otros) en el que se mueven gente como Judas Iscariote, un profesional de la mandanga que se dedica a extraer aceite de cannabis.
Según dice, descubrió la tintura haciendo pruebas con su abuela y desde entonces está dedicando su vida a ello. Cada vez que llega a un lugar nuevo compra lo necesario para montar su cocina de tintura al estilo de la cerveza artesanal.
Judas Iscariote tiene cierto reparo en moverse por las redes sociales y es su director de marketing (sí, tal cual, a este redactor le gustaría tener uno) el que le ayuda con su perfil público y ponerle en contacto con otras marcas. La vida moderna del cannabis pasa por no renunciar a lo artesanal y apostar por el networking. Si alguien quiere hacerse con alguna de sus tinturas puede acceder a su cuenta de Instagram o a su web de venta.