Kiko Rivera participa en la trigesimonovena (o quién sabe ya) iteración de Gran Hermano (Gran Hermano Dúo). Allí ha hecho una inesperada confesión (o a lo mejor no tan inesperada), durante un tiempo consumió coca, maría y hash todos los días.
Kiko Rivera es de esas personas que entró en la etiqueta de “famoso” desde el día en el que nació. Por diferentes razones se mantiene en ese pedestal y parece que con dificultad se vaya a caer de allí algún día. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo continúa con esa bravura y moral digna del Capitán Trueno entre lo más granado del famoseo? Preguntas de fácil solución pero de difícil ejecución si eres esa persona que quiere ser famoso.
En el caso de Kiko, sigue adelante en el Olimpo vendiendo su vida privada como si fuese de interés general. Ojo, no os confundais: ¡desde aquí le admiramos mucho!
Y es que la fiesta y estar en la picota todos los días, que te inviten a saraos y te dejen cumplir tus caprichos, lleva mucho tiempo y su esfuerzo. Como Dinio (otro gran ilustre de la fiesta e Ibiza) dijo en cierta ocasión: “Es que la noche me confunde”. A Kiko también le nubló los sentidos y acabó cayendo presa del lupanar que es el exceso y la devoción por la santa noche veraniega, el estrellato del DJ y las jóvenes que ven en Kiko algo más que un famoso.
“En determinado momento de mi vida, y de ahí viene en gran parte mi depresión, tuve adicción a las drogas”, se confesó Kiko Rivera en Límite 48 horas ante Jorge Javier Vázquez, a lo que añadió: “consumía hachís y marihuana todos los días, y también cocaína. Para mi ir a trabajar era pegarme una fiesta, no rendía en mi trabajo, no daba lo que tenía que dar”.
Pero como en todas las catábasis que sean dignas de serlo, Kiko encontró un guía que le sacó del mundo de los muertos: Irene Rosales.
“Ella se puso firme y me enderezó, me costó lo más grande pero hace un año y medio ya soy un hombre limpio. Lo pasé muy mal, todos los bajones que tuve en mi vida pensaba que podrían solucionarse con las drogas. Gracias a mi mujer, a mi madre y a mis amigos de verdad he conseguido salir de ese mundo. No me quería ir sin decirle a la gente que se puede salir, que es muy malo, solo trae problemas”.
De todo se sale, Kiko, de todo se sale.