Según ha relatado uno de los afectados a Cáñamo se trata de una empresa agrícola que trabaja desde hace unos años cultivando y produciendo cáñamo industrial siguiendo todos los procedimientos legales. La empresa recibió un encargo desde Austria de 15 kilos de cáñamo durante la pandemia y, a falta de otros medios de transporte, la empresa mandó el paquete a través de un servicio de paquetería internacional por aire
Después de que el servicio de transportes recogiera el paquete, y tras unas semanas de no saber nada, la Guardia Civil contactó con la empresa agrícola para decirle que habían analizado el cáñamo y tenía un 0,13% de THC, estaba todo correcto, pero debían acudir a firmar algo. El abogado de la empresa les avisó de que podía ser una trampa y así fue: cuando los fueron a firmar la Guardia Civil dijo que el análisis había resultado en un 0,39% de THC, y que por tanto se consideraba tráfico de una sustancia ilegal.
Ambos agricultores, socios de la empresa, han sido acusados de un delito de tráfico internacional y esperan la citación de juicio que puede tardar entre seis meses y dos años. “Los envíos estaban perfectamente declarados, con factura, con declaración del contenido, con la analítica de un laboratorio de certificación independiente y con los permisos de cultivo de nuestra empresa”, declaró uno de los afectados a Cáñamo. Los agricultores han perdido la mercancía y ahora temen hacer nuevos envíos. “Es preocupante que la policía no diferencie entre agricultores y delincuentes”, dijo uno de los socios agricultores.