Los agentes de aduanas del aeropuerto del Prat en Barcelona –como los de Barajas en Madrid– están más que acostumbrados a encontrar droga oculta en los lugares más insospechados entre el equipaje o los ropajes de los pasajeros. Especialmente si se trata de viajeros que llegan en “vuelos calientes”, esto es, desde países con un alto de tráfico de drogas, a menudo latinoamericanos.
La última pesquisa de los controles ha sido algo más de medio kilo de cocaína que llegó al aeropuerto barcelonés escondida bajo el peluquín de un hombre de 65 años de edad que viajaba desde Bogotá. Según publicó La Vanguardia los agentes se fijaron en la extraña forma del peluquín de cabellos negros, elevado unos centímetros más de lo habitual sobre el cuero cabelludo, que además iba acomodado bajo un sombrero para intentar pasar más desapercibido. “Los agentes de allí son muy expertos y se fijan sobre todo en la actitud. Les llamó mucho la atención lo nervioso que estaba al pasar el control de seguridad”, explicó un agente de la Policía Nacional al diario. La policía se interesó por el nervioso pasajero y la forma singular de su peluquín y al examinarlo de cerca descubrieron que contenía un pequeño fardo con 503 gramos de polvo blanco que tras ser sometido a una prueba de reactivo dio positivo en cocaína. El hombre, natural de Colombia, fue detenido y se le imputa un delito contra la salud pública.