Un estibador del puerto de Barcelona ha logrado escapar a la cárcel después de que le colocaran un kilo de cocaína en el coche para inculparlo hace tres años. Después de recibir un chivatazo anónimo la policía detuvo el coche del estibador en 2016, en el que encontraron un kilo de cocaína, varios paquetes con hachís y un arma. La policía procedió a registrar su casa pero no encontró ningún indicio de tráfico de drogas.
El detenido alegó ante la policía que las drogas y el arma encontradas en el coche no eran suyas, y mencionó como autor de los hechos a un compañero del puerto al que había denunciado años atrás por ser el cabecilla de una red de tráfico de drogas en el puerto. La versión del detenido acabó ganado credibilidad y la policía inició una investigación sobre la persona señalada. El rastreo del número oculto desde el que se realizó el chivatazo y la declaración de un testigo protegido acabó por confirmar la versión del estibador. Dos hombres, Joaquín B., a quien El País relaciona con la empresa Desokupa, y su sobrino, Juan Antonio R., son los presuntos responsables de seguir al estibador, abrir su coche y colocar la droga y el arma para inculparlo. Una tercera persona, el trabajador del puerto y enemigo del estibador, habría ordenado la operación. También participaron en la inculpación dos mossos de esquadra, que facilitaron la información necesaria sobre el estibador a los responsables de introducir la droga en el coche, y que fueron descubiertos a través de una investigación interna de la policía con micrófonos. Ahora, después de tres años desde que fue descubierto con la droga, el estibador ha podido quedar libre de todos los cargos.