Las elecciones municipales y autonómicas celebradas en España el pasado domingo han provocado un inesperado adelanto de las elecciones generales. Ahora las elecciones para elegir al partido que gobernará España durante los próximos cuatro años ya no serán en noviembre como estaba previsto, sino el próximo julio. O sea, el país está ya en campaña electoral a lo grande y eso quiere decir que los partidos ya sólo van a hacer declaraciones muy medidas y a mover únicamente las fichas del tablero que les interesan para su cálculo electoral.
En este nuevo escenario político surge una pregunta: ¿qué va a pasar con la regulación del cannabis medicinal? El proyecto fue respaldado por el Congreso de los Diputados en junio y puesto en manos de la Agencia Española del Medicamento, que tendría que haber presentado la regulación a finales del año pasado. Hace dos semanas el ministro de Sanidad, José Miñones, pidió perdón por los cinco meses de retraso y se comprometió a presentar el esperado documento con el modelo para regular el cannabis medicinal antes de que acabe mayo.
Si ya habían dudas sobre cómo prosperaría la regulación, ahora la convocatoria de elecciones anticipadas deja al proyecto en un terreno aún más incierto. ¿Cumplirá el Ministerio de Sanidad con su deber, ordenado por el Congreso, y presentará la regulación antes de que lleguen las elecciones? ¿O dejará pasar el tiempo y hará oídos sordos al mandato de la cámara?
La respuesta está en los votos: si los asesores del PSOE consideran que es buena estrategia aprobar la regulación del cannabis medicinal antes de las elecciones, sin duda esta saldrá adelante. Si, por el contrario, estos consideran que la regulación es una carta arriesgada que puede volverse en contra de sus objetivos electorales, entonces nadie en su partido volverá a mencionar el cannabis hasta que hayan pasado las elecciones.