Pasar al contenido principal

La feria superlativa

Marijuana Business Conference

Tres días seguidos entre semana, 18.000 asistentes profesionales, más de 650 expositores, casi 30.000 m2 de superficie, 110 ponentes en simposios, charlas, coloquios y mesas de trabajo. Así se presentó a sus visitantes la última Marijuana Business Conference (MJBizCon) en el Convention Center de Las Vegas (Nevada, Estados Unidos),.

Tres días seguidos entre semana, 18.000 asistentes profesionales, más de 650 expositores, casi 30.000 m2 de superficie, 110 ponentes en simposios, charlas, coloquios y mesas de trabajo. Así se presentó a sus visitantes la última Marijuana Business Conference (MJBizCon) en el Convention Center de Las Vegas (Nevada, Estados Unidos), el encuentro profesional más grande del sector cannábico entre empresas, inversores, cultivadores y demás curiosos.

Una feria enfocada a negocios a gran escala y una concentración de una magnitud jamás vista, resultado directo de la regulación del cannabis. El precio de la entrada oscilaba entre los 399 $ –la básica– y los 899 $ –con derecho a asistencia a charlas y mesas de trabajo–, un coste que no impidió que, como en la edición anterior, se agotaran las entradas antes de que la feria abriera sus puertas. No son pocos los que comparan en Estados Unidos la fiebre del oro de mitad del siglo xix con lo que está sucediendo en la actualidad con el cannabis. La fiebre del oro verde era más que notable en toda la feria: el boom de la marihuana, aquí y ahora.

El aroma a cannabis inundaba toda la ciudad y la explanada que precedía a las puertas del recinto de la feria olía como una manifestación que proclamaba a los cuatro vientos que la marihuana había venido para quedarse. La gente sentada tomándose un respiro al sol en un ambiente tranquilo y de paz contrastaba con la muchedumbre que iba y venía por los pasillos de la feria. Sobre todo durante el primer día, era realmente difícil moverse entre tantos asistentes. Uno se encontraba con un ambiente muy sobrio, frenético, incluso ansioso: nadie quería perderse ningún negocio. En la feria existía una norma antihumo absolutamente estricta, tampoco había barra de bebidas, ni existían los típicos puestos de comida. La entrada incluía un bufet de pequeñas tapas y limonada gratis. En la feria no había conciertos, de hecho, no sonaba nada de música en todo el recinto. Tampoco había otras actividades paralelas, culturales o deportivas, para acompañar el evento, aparte de diversos actos promocionales en lugares cercanos que fueron organizados por algunas de las empresas asistentes. Como ya deja claro su nombre, la Marijuana Business Conference está enfocada al negocio como ninguna otra feria: la diversión no tiene cabida aquí. Los puestos eran, comparados con las ferias europeas, pequeños y funcionales, sin destacar ninguno por encima de los demás por su diseño. Pura ironía que en la feria de la ciudad del juego no se vieran las típicas ruletas que están tan de moda en todas las ferias europeas y latinoamericanas. En realidad no era el mismo tipo de público; era una feria de profesionales para profesionales, con un enfoque notablemente diferente a lo que solemos estar acostumbrados. La media de edad de los asistentes era más alta que la del público en las ferias europeas, y el ambiente en general tenía un aire más serio. Camisa y americana era la vestimenta más habitual.

Los principales distribuidores europeos también habían enviado sus representantes para investigar lo que se les avecina y conocer los últimos desarrollos del mercado. Y lo que se podía ver fue en primer lugar los mismos productos que ya están presentes en el mercado europeo, pero muchos de ellos a un tamaño bastante superior a los que solemos ver por aquí. Sobre todo, las máquinas de las diversas extracciones impresionaban, con tamaños asombrosos, llegando a llenar hasta salas grandes, construidas para instalaciones de un marcado carácter industrial. Los efectos de la legalización del cannabis: grandes campos de cultivo, invernaderos y cultivos interiores a tamaño industrial. El cultivo a gran escala lógicamente requiere de grandes máquinas para su procesado. Aparte de todo tipo de productos relacionados con el cultivo desde la A hasta la Z, es decir, desde la siembra hasta el secado y más allá, se podían ver empresas tan exóticas para nosotros como las de perros guardianes, coches blindados y seguridad especializada en el transporte de la mercancía más valiosa. También las marcas europeas –más bien holandesas– estaban bien representadas en la feria. Muchas de las principales firmas de los Países Bajos cuentan con un alto prestigio en Estados Unidos. Marcas como Bio Nova, Aptus, Green House, Gavita, Can Filter, Atami, etc., están muy presentes al otro lado del Atlántico y gozan de una buena fama en el mercado estadounidense.

La MJBizConference contaba con un notable interés de los medios, tanto en los locales como en los nacionales. Durante toda la jornada de feria desde muy temprano por la mañana todas las cadenas de televisión cubrían el evento enviando corresponsales y haciéndose eco en las noticias del día. Nadie cuestionaba ya el uso, los efectos o la legalidad del cannabis, solamente se trataba de las oportunidades económicas que este nuevo mercado está generando actualmente y los pronósticos para su futuro.

Así transcurrieron rápidamente los tres días de feria. El público y la organización consideraban el evento un gran éxito y ya se anunciaba su siguiente edición para mayo del 2018, esta vez nada menos que en Nueva Orleans.

Foto de Chris Walsh
Chris Walsh , editor de Marijuana Business Daily, organizadores de esta feria.
Foto de Cassandra Farrington
Cassandra Farrington, CEO de Marijuana Business Daily, organizadores de esta feria.
Marijuana Business conference
Marijuana Business conference
Conferencia en Marijuana Business conference
Conferencia en Marijuana Business conference
Stands en el  Marijuana Business conference
Stands en el Marijuana Business conference
Por las noches y por los dispensarios

Durante las noches, después de los largos días en la feria, diversas compañías del sector invitaron a fiestas semiprivadas, algunas de ambiente muy animado en patios traseros de casas particulares con piscinas, apartadas del famoso strip y sus hoteles. Los asistentes se divirtieron al ritmo de trap, reggaeton, dancehall y demás estilos musicales modernos, mientras que otros muchos seguían reunidos hablando de negocios.

Además de la feria y los eventos relacionados, tuvimos el gusto de visitar durante nuestra estancia algunos de los treinta y siete dispensarios autorizados distribuidos por Las Vegas. Essence, ReLeaf o Reef Dispensaries, la cadena de dispensarios más grande de la ciudad, que mantiene auténticos supermercados de variedades. En sus establecimientos se puede conseguir, aparte de las diversas variedades de marihuana en cogollo, extractos cannábicos en todas sus variantes y formas, desde comestibles –chocolates, dulces y salados–, hasta diversas extracciones o cigarrillos electrónicos precargados. Los que no quieren bajarse del coche pueden comprar desde la ventanilla al estilo McAuto. El gramo de cannabis comercial circula entre los 15 y 20 $, aunque variedades más selectas pueden subir rápidamente al doble o más. Impresionante ver los hombres anuncio en los cruces de las calles y avenidas indicando con una hoja inmensa y una flecha dónde encontrar el dispensario más cercano o anunciando directamente la oferta diaria de una variedad concreta. Las Vegas está totalmente dedicada al negocio del cannabis desde la legalización para uso lúdico en el estado de Nevada en julio del 2017. Según el Instituto Forbes, Nevada vendió casi cuarenta millones de dólares en marihuana y derivados durante el último mes de octubre. Aunque los casinos de Las Vegas –operando bajo ley federal– no permiten el consumo de la marihuana todavía, como anuncian discretos letreros en las entradas a las mismas, quizás no tarde mucho en beneficiarse de la tolerancia que permite en los casinos poder fumar tabaco, y quién sabe si con el cannabis acabe pasando como con las copas, que te las sirven gratis mientras estés jugando.

¿Y qué piensan en Wall Street?

Es realmente impresionante ver y vivir de primera mano cómo el mercado alrededor de nuestra querida planta está cambiando en estos tiempos. Con la legalización de la marihuana en ya veintinueve estados de Estados Unidos (siete de ellos, tanto medicinal como recreativo), el cannabis se ha vuelto una gran fuente de ingresos y un motor considerable para la economía de los estados. Muchos ya se imaginan y especulan sobre el día en el que la marihuana se legalizará a nivel federal. A partir de ese momento, los bancos entrarán en este mercado y el juego cambiará de nuevo para siempre. Hasta ahora todo negocio relacionado con el cannabis en Estados Unidos se realiza solamente con dinero en efectivo, ningún banco puede aceptar ninguna transferencia relacionada con el dinero del cannabis aunque fuera solamente comprando 10 $ para su autoconsumo, adquiriéndolo en un dispensario con la tarjeta de crédito. La ley federal estadounidense a la que están sujetos todos los bancos no permite transacciones sobre sustancias consideradas drogas de primer nivel, catalogación que todavía recibe la marihuana en la actualidad.

Mucha gente teme una legalización federal. El momento en el que los bancos entren en nuestro mercado será también el momento en que las grandes multinacionales –sean del tabaco o de la industria farmacéutica– entrarán en el mundo del cannabis. En Wall Street ya se están frotando las manos los grandes capitalistas a la espera de lo que está por venir. ¿Qué pasará? ¿Podrá el capitalismo engullir nuestra planta y convertirla en algo distinto? Corren tiempos en los que la libertad de cada uno está en serio peligro. Ante el panorama que se avecina, amigas y amigos: plantad y compartid. El momento es ahora. ¡Libertad y autoconsumo siempre!

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #242

Te puede interesar...

¿Te ha gustado este artículo y quieres saber más?
Aquí te dejamos una cata selecta de nuestros mejores contenidos relacionados:

Suscríbete a Cáñamo