Colas interminables, un sol veraniego y 36 horas de reggae, marihuana y buen rollo. El pasado mes de marzo Barcelona ha vuelto a ser el epicentro internacional de la industria del cannabis con la 14ª edición de la Spannabis, subtitulada como la “Feria del Cáñamo y de las Tecnologías Alternativas”, un evento en el que los asistentes han podido conocer y disfrutar de las innovaciones del sector de la mano de más de 3000 profesionales y 500 empresas de todo el mundo.
Por cuarto año consecutivo, la feria con más renombre a nivel mundial también ha celebrado las World Cannabis conferences, charlas socioculturales y científicas enfocadas al uso medicinal de la planta, a su regulación y al papel del cannabis en la música, el sexo y la contracultura. A pesar de la variedad temática y la presencia de ganchos indiscutibles como la estrella del porno Amarna Miller, poco pudieron hacer los ponentes para reclutar asistentes a sus conferencias. Aunque algunos visitantes se dejaron caer a cuentagotas por el auditorio, la mayoría preferió ir en busca y captura de las suculentas ofertas que presentaba cada mostrador: ruletas, sorteos o muestras gratuitas.
Entre los doscientos expositores que llenaban el recinto ferial se podían encontrar desde semillas, vaporizadores o instrumentos para mejorar el cultivo, hasta tabletas de chocolate con CBD para combatir el insomnio, vino con aroma de cannabis o cosméticos elaborados con semilla de cáñamo. Pero el centro neurálgico de la Spannabis y donde se aglomeraban asistentes de todas las edades y nacionalidades era su patio exterior, repleto de paradas de comida para saciar el hambre, entre calada y calada, a base de chuches, pastas, pasteles y bocadillos. Siempre a ritmo de reggae.