Pese a lo espectacular de la explosión y de la cantidad de heridos de gravedad, las últimos informes médicos apuntaban que todos los bomberos afectados sobrevivirán.
Este pasado sábado los bombero acudieron a una llamada en un almacén donde se estaba produciendo un incendio. Como medida estándar, los bomberos se encaramaron al techo del edificio para proceder a hacer su trabajo. En ese momento, se produjo una explosión y una bola de fuego de unos 10 metros de diámetro reventó el techo del edificio.
Para apagar este infierno se necesitaron 250 bomberos y un total de dos horas. Entre los escombros del edificio estaban los restos de un camión de bomberos carbonizado, cascos derretidos y extintores.
"Esto se convirtió en un algo que todos tememos", dijo el capitán Erik Scott, portavoz del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, y agregó que fue "uno de los peores sucesos en la historia reciente que hemos pasado".
Major fire in Little Tokyo/downtown Los Angeles at San Pedro and Third. Dangerously close to Skid Row residents, senior and low income housing. Major smoke screen, ash is raining for blocks. pic.twitter.com/s4coh3xbgq
— sean miura (@seanmiura) May 17, 2020
"Hicimos que los bomberos salieran del techo, corriendo frenéticamente por la escalera hasta el un lugar seguro", dijo a The Washington Post, recordando la noche. Dadas las circunstancias y de las severas quemaduras que algunos de los bomberos han sufrido, la cosa podría haber sido mucho peor.
La empresa en llamas se dedicaba a la extracción de aceite de hachís. El problema que tuvieron es el mismo que el que puede suceder en una extracción casera, de ahí la peligrosidad de este tipo de incidentes: el butano carece de un olor penetrante y si hay un escape uno no suele percibirlo hasta que es tarde. Smoke Tokes, la empresa que sufrió la explosión, hacía sus extractos para vaporizadores, ceras y productos similares que uno podía comprar en su web.