Tras la aprobación en marzo pasado por parte del Parlamento de los Países Bajos de la ampliación a nuevas ciudades de la prueba piloto para la venta en coffee shops de cannabis cultivado en el país, la medida ya está lista para ponerse en marcha. Así lo ha confirmado días atrás la ministra de Sanidad, Pia Dijkstra, quien dijo que los análisis “a pequeña escala” permitirán ir afinando el sistema con vistas a la “fase experimental”, la cual comenzó en 2023.
El sistema holandés tiene sus particularidades. Si bien varias ciudades tienen permitida la dispensación de los derivados del cannabis en tiendas, la producción de la planta no está permitida. Ante años de reclamos por parte de los emprendedores y sectores del activismo, en diciembre del año pasado comenzó un programa piloto para que los locales puedan vender flores cultivadas en el país y que se encargan una serie de asociaciones. El experimento arrancó en las ciudades de Tilburg y Breda, al sur del país. Pero ahora habrá ocho localidades más. Almere, Arnhem, Groningen, Heerlen, Voorne aan Zee, Maastricht, Nijmegen y Zaanstad son las jurisdicciones que se pondrá en marcha la venta de marihuana holandesa.
Según las declaraciones de la ministra de Sanidad, esta prueba con nuevas ciudades que vendan cannabis durará, al menos, hasta septiembre de este año. Después de esta época, las autoridades evaluarán cómo ha impactado la medida y decidirán si la amplían o no.
Si bien la medida impacta contra la doctrina del ultraderechista Partido por la Libertad, la formación más votada en las últimas elecciones legislativas y que será miembro del futuro gobierno de coalición, el Parlamento ha rechazado cualquier posible veto a la iniciativa de que Países Bajos produzca su cannabis para la comercialización interna.