El gobierno de Bélgica ha dado un paso significativo en la integración del cannabis terapéutico a su sistema sanitario al incorporar un reembolso para el tratamiento con CBD en pacientes con epilepsia refractaria. Específicamente, la medida se dirige a niños que padecen los síndromes de Dravet o Lennox-Gastaut, dos formas graves de encefalopatía epiléptica que se manifiestan en los primeros años de vida y que son notoriamente resistentes a los medicamentos convencionales.
Unas 200 familias belgas conviven con estos diagnósticos que afectan de forma crítica la calidad de vida de los niños y sus cuidadores. Los fármacos habitualmente utilizados, como el ácido valproico, la lamotrigina o el topiramato, no siempre logran controlar la frecuencia o intensidad de las crisis. Esta falta de eficacia ha llevado a muchos padres y profesionales a buscar tratamientos alternativos. El cannabidiol ha ganado protagonismo tras una serie de estudios que evidencian su capacidad para reducir las crisis, especialmente cuando se combina con clobazam, un ansiolítico y anticonvulsivante de la familia de las benzodiazepinas.
El ministro de Salud Pública, Frank Vandenbroucke, destacó que esta medida tiene como objetivo permitir que los niños mejoren su calidad de vida. Para acceder al reembolso, se requiere una prescripción emitida por un neuropediatra o un pediatra especializado en epilepsia y el preparado debe ser una solución magistral al 10% de CBD elaborada por farmacias autorizadas. Aunque está aprobado desde los dos años de edad, también puede extenderse a pacientes adultos que continúen con síntomas.
El tratamiento tiene un coste estimado de 10.000 euros anuales por paciente, lo que hasta ahora lo convertía en inaccesible para muchas familias. Con un presupuesto estatal de 1,5 millones de euros anuales, el nuevo esquema de cobertura busca aliviar esta carga económica, posicionando a Bélgica junto a otros países que han comenzado a reconocer el valor terapéutico del CBD en cuadros de epilepsia severa, conforme a recomendaciones internacionales.
La decisión del gobierno belga marca un avance relevante en la incorporación de tratamientos con cannabinoides al enfoque de salud pública y reconoce institucionalmente al CBD como herramienta terapéutica avalada por la evidencia científica.