Cuando te enfrentas a los comestibles es difícil saber cuál es la cantidad adecuada para tomar y no pasarte. Esto se complica aún más cuando un novato se acerca hasta un comestible y acaba hecho un desastre. ¿Podemos determinar una cantidad adecuada?
En Canadá han establecido ese límite en 10 mg. de THC por producto. Es decir, si tienes una bolsa de gominolas los 10 mg. deberían ser lo que tiene toda la bolsa de gominolas. Es el límite por arriba que el estado impuso. ¿Es una cantidad justa? Pues, como suele ocurrir con las sustancias psicoactivas, depende.
En la mayoría de los casos los 10 mg. son bastante recomendables. Al menos lo son para los iniciados o la gente que toma de manera casual productos cannábicos. Con 10 mg. es probable que uno acabe tocado y anestesiado si no se acostumbra antes a esta forma de ingestión de marihuana.
También es más o menos coherente con la idea de que 10 mg. es potente pero no lo suficiente potente para dejarte KO si estás más o menos acostumbrado a los comestible.
En el caso del Ministerio de Salud de Canadá la lógica que hay detrás de esta decisión es bastante consistente: todos sabemos que los comestibles tardan en subir, por lo que es más difícil saber en qué situación de colocón andas metido hasta que no ha pasado un tiempo suficiente. Por este motivo, se recomienda un tope de 10 mg. Si te pasas no te vas a ir muy arriba pero vas a estar bastante arriba. El límite de 10 mg. es una forma de aprender a administrar el subidón.
Para algunos otros, como son algunos cultivadores y productores de consumibles para uso medicinal, 10 mg. es una cantidad ridícula. Lo mínimo, según ellos, debería estar en 100 mg. Parece que en Canadá se va a permitir una cantidad de mg. mucho mayor en el CBD que con el THC. Esto tiene una parte “buena”, la que acabamos de comentar, y una “mala”, que se vuelve a relacionar el CBD con lo medicinal y el THC con lo recreativo, algo que no es cierto por completo.
El serio problema de todo esto es que se prohíba comprar más de 10 mg. de comestibles de cannabis, pues choca, de nuevo, con las leyes que regulan otros productos. Uno puede comprar todo el alcohol que quiera incluso a sabiendas del tendero que uno está llevándose una dosis letal. Otra vez nos encontramos serias asimetrías entre la venta de alcohol y la de cannabis.
Algunas empresas consideran que capar a 10 mg. los comestibles no está mal pero debería ser algo que no afectase al empaquetado sino a lo que uno se sirve. Es otras palabras, que no haya un límite hacia arriba que impida comprar más sino que la gente aprenda a administrarse sus dosis teniendo en mente que 10 mg. es un buen estándar, como el que sabe que si toma una cantidad determinada de alcohol va a acabar por los suelos.