La mayor parte de la industria del cannabis en los EE.UU está poniendo su grano de arena en la lucha contra el coronavirus.
La economía de guerra consiste en dirigir todos los esfuerzos económicos del país a un solo fin. La lucha contra el COVID-19 se ha planteado como una guerra. Los países han tirado del freno de mano y la economía mundial entrará en una recesión sin precedentes debido a los estragos de esta pandemia. Mientras tanto, la lucha continúa para evitar los miles de muertes que puede traer el coronavirus. No todas las empresas están arrimando el hombro en la tarea de producir bienes que se puedan utilizar en esta lucha, sobre todo el material que necesitan el personal médicos y de enfermeros que están en primera línea. ¿Está aportando algo la industria del cannabis en los EE.UU?
Debido a que el cannabis se considera “esencial” en los estados libres de los EE.UU. tanto los dispensarios como los lugares de cultivo continúan en funcionamiento. Esto, en sí, ya es aportar algo al país porque cumple con esa función de distribuir un producto que es considerado como necesario. Aún así, no es difícil pensar que esto parece insuficiente. Y más cuando se necesitan grandísimas cantidades de material para la protección de la gente que está expuesta al virus todo el día. Productos como el gel de manos, que además de agotarse en casi cualquier lugar, se está vendiendo en mercados secundarios a precios desorbitados.
Algunas de las empresas de cannabis se han puesto ya a fabricar productos para suplir estas demandas. Uno de los productos que están ayudando a fabricar desde las plantas de producción cannábicas es el gel para limpiarse las manos, pero algunos otros están fabricando incluso ropa protectora para el personal en riesgo de contagio. Podéis encontrar una lista de estas empresas aquí. Jahlibyrd, que está produciendo gel, también anda detrás de llevar mascarillas para los médicos, policías y los trabajadores del mundo del cannabis.
Otras empresas están optando por ayudar con bancos de alimentos tanto para los desempleados como para evitar la escasez; otras prefieren donar donación dinero o desviar un porcentaje de sus ventas. Aunque hay excepciones parece que la industria de la maría está ayudando un poco a aliviar la sitación más allá de los efectos de la planta.