Uno de los comestibles más populares después de los brownies de chocolate a los que la gente les añade THC son las gominolas. Os traemos imágenes sobre este interesante proceso de producción.
En concreto, vamos a ver como el comestible Ripple, de rápida acción y larga duración, que se utiliza para fabricar otros productos cannábicos. Aquí vamos a traer el proceso en imágenes mediante el cual se fabrican unas gominolas con este producto.
Lo interesante de ripple es que se puede disolver en agua y el THC no desaparezca. El futuro de los productos comestibles está en que el THC siga estando estable en agua en lugar de aceites, como es el caso actual, pues de esta manera el abanico de posibilidades culinarias se multiplica hasta el infinito.
La ventaja fundamental de los productos de THC que se pueden disolver en agua es que los puedes añadir en cualquier momento del proceso que resulte adecuado. Con las gominolas uno solo tiene que esperar a que el material con la que vas a comenzar a dar forma a este comestible esté ya listo. Aquí se suelta el ripple al final cuando los componentes de las frutas, los diversos azúcares y los colorantes estén dispuestos en un molde de silicona tras la cocción.
Antes de que estos comiencen a solidificarse en cada una de sus cunas de silicona se debe checar si el producto lleva la cantidad suficiente de THC por cada caramelo.
Después de que pasen 24 horas en el molde las gominolas se retiran. Por día se pueden obtener con este proceso unas 18.000. Después hay que controlar el peso por cada una de las gominolas. Según las leyes de cada estado no puede haber una diferencia grande entre cada uno de los productos individuales: la estandarización es fundamental.
Pasadas otras 24 horas cada gominola recibe una pintura de cera para que el contenido pastoso del interior quede sellado. Así se evita, entre otras cosas, que los caramelos se peguen unos con otros.