El pasado 21 de abril la Agencia para el Control de Drogas (la DEA) realizó el traslado del ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, a Estados Unidos, cumpliendo así una orden de extradición emitida por la justicia estadounidense. Hernández ha sido extraditado con la autorización de la Corte Suprema de Honduras, acusado de haber facilitado el tráfico de hasta 500 toneladas de cocaína desde Honduras hasta Estados Unidos a lo largo de dos décadas.
“Hernández abusó de su posición como presidente de Honduras para operar el país como un narcoestado”, dijo el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, en rueda de prensa desde Washington DC. “Los cargos que anunciamos hoy buscan responsabilizar a Juan Orlando Hernández por años de corrupción, años de violencia y años de narcotráfico”, dijo Damian Williams, fiscal jefe del Distrito Sur de Nueva York, según cita la BBC.
El expresidente fue detenido el 15 de febrero en Tegucigalpa por la policía hondureña después de que EE UU solicitara su captura para extraditarlo y someterlo a un juicio. Juan Orlando fue el presidente de Honduras durante ocho años, desde el 2014. Desde su detención había permanecido retenido en Honduras pendiente de la autorización de la Corte Suprema, y luego esperando a que se hiciera efectiva la orden.
El hermano del expresidente, Juan Antonio Tony Hernández, también fue detenido por una acusación de narcotráfico en 2018. Los fiscales estadounidenses lo acusaron de introducir miles de kilos de cocaína en EE UU a través de la colaboración con el cártel hondureño de Los Cachiros. El año pasado un juez federal de Nueva York lo condenó a una pena de cadena perpetua y a otros 30 años de cárcel por cuatro delitos relacionados con el tráfico de drogas. Durante el juicio de Tony, el fiscal de Nueva York afirmó que este “conspiró con su hermano”, el entonces presidente de Honduras con el fin de introducir miles de kilos de cocaína en Estados Unidos.