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El autor del poema final de Minecraft libera el texto tras una experiencia psicodélica

El autor del poema final de Minecraft libera el texto tras una experiencia psicodélica
Ilustración de Pan Yunbo para el blog de juliangough.com

Se trata de un poema sobre los sueños y fuerzas del universo con el que acaba uno de los videojuegos más populares y creativos.

El famoso videojuego de construcción Minecraft tiene un poema final reservado para quienes logran superar todo el juego en el modo supervivencia. Un poema que se despliega en vertical como una conversación entre dos entes que, a lo largo de nueve minutos, hablan de sueños y fuerzas del universo que mueven el propio juego y la vida más allá de la pantalla. Ahora, 11 años después del lanzamiento del juego, el autor del poema ha decidido liberar el texto para todo el mundo después de haber pasado por una experiencia psicodélica con hongos.

Su autor, Julian Gough, es un escritor irlandés autor de varias novelas que acabó escribiendo el poema del videojuego después de contactar con su creador, Markus Persson, cuando este andaba en busca de un escritor. Según ha explicado Gough, desde un principio ambos se cayeron bien y se hicieron amigos. El poema acabó formando parte del videojuego y el escritor recibió por ello 20.000 euros, pero nunca firmó ningún contrato porque no quiso ceder los derechos del poema. Ni siquiera firmó nada cuando sus creadores originales vendieron el videojuego a Microsoft. “Les dejé usar la historia, aunque no había contrato, porque me gustaba Markus [el otro creador] y me gustaba el hecho de que mucha gente estuviera leyendo la historia”, dijo el escritor, según recoge Vice.

“Fue un tremendo privilegio poder llegar a una audiencia tan grande con mis palabras”, ha escrito Gough en su blog, en el que explica que a lo largo de los años ha sido contactado numerosas veces por jugadores que se habían emocionado con su texto. Pero, según ha explicado él mismo, durante años estuvo dolido por la idea de que su amigo quisiera que él cediera los derechos de su poema y por los millones de dólares que generó el juego y de los cuales nunca vio ni un euro.

No ha sido hasta hace poco, después de una experiencia con hongos de psilocibina en un bosque de Países Bajos, que el escritor se dio cuenta de que no estaba molesto por el dinero, sino que el haber pensado todo el tiempo en el dinero le había impedido disfrutar del amor que había recibido al crear algo que tanta gente disfrutaba. “Y esa noche, con las estrellas resplandeciendo arriba, el universo me dijo que no era aceptable para mí dar amor y luego negarme a recibirlo”, escribió. “Eso era una forma de falsa humildad; otra forma de arrogancia del ego. Tuve que permitir que la gente me dijera gracias."

Al final de su entrada en el blog, Julian Gough ha publicado el poema completo y ha anunciado que le ha aplicado una licencia Creative Commons, de modo que cualquiera puede usarlo para los fines que desee, incluso remezclarlo, reutilizarlo e incluso comercializarlo. “Ahora cualquiera puede jugar con él. Que te diviertas”.

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