Desde hace bastante años se está promocionando el cannabis para uso generalizado por sus propiedades reparadoras y sanadoras. Pero el cannabis lleva junto al ser humano miles de años, por lo que su uso para la guerra tampoco debería ser algo para llevarse las manos a la cabeza. ¿De qué manera se ha usado el cannabis en los conflictos bélicos?
Los Swazi usaban cannabis para aumentar el coraje de sus guerreros antes del combate durante la guerra zulú-inglesa en África. Del mismo modo, el famoso Dr. Livingstone informó de que la tribu de los Sotho fumaban (cannabis) antes de una matanza para mantenerse eufóricos. En ambos casos, el uso del cannabis y los rituales simbólicos van de la mano. Refuerza esta visión de la planta vinculada con lo mágico que en la India se mencionaba la ganja como la bebida de los guerreros.
Su uso no se ha limitado a enfatizar la agresividad sino que la preocupación y la ansiedad (suponemos que producida por ir al combate y la posibilidad de la muerte) también era combatida mediante la marihuana. Así lo documenta el historiador Robert C. Clarke. Por ejemplo, los guerreros escitos daban buena cuenta del cannabis para calmarse antes del combate en el siglo IX antes de Cristo.
Los más famosos fumadores de cannabis fueron los Hashishin, de donde deriva la palabra asesino. Durante el siglo XI y XII causaron bastante pánico por Oriente próximo y la ciudad sagrada de Jerusalén debido a su fama de asesinos a sueldo implacables. Populares por la franquicia de videojuegos Assasin’s Creed, su leyenda ha crecido tanto que discernir dónde acaba el hecho histórico y la exageración es bastante complicado. Incluso su nombre Hashishin (esto es, “fumadores de hash”) no está demasiado claro si responde a una realidad, puesto que era como se les conocía desde el punto de vista de los cruzados. De hecho, los cruzados eran su objetivo principal.
La historia es ponzoñosa porque implica que el líder de los asesinos utilizaba la droga para controlar a sus servidores, algo que nunca se ha podido comprobar y que el premio Nobel Amin Maalouf negaba en su Las cruzadas vistas por los árabes. Resulta bastante curioso, sin embargo, que esta asociación entre asesinato y consumo de hachís siga vigente en pleno siglo XX desde posiciones extremadamente conservadoras como las de la DEA.
Otro de los ejércitos que dio sobrada cuenta del uso de marihuana (y otras sustancias) durante la guerra fue el de EE.UU durante su conflicto imperialista en Vietnam (1955-1975). De hecho, parece ser que la cantidad excesiva de dependientes de cannabis y heroína llevó al Presidente Nixon a pronunciar su célebre “lucha contra las drogas” en 1971. Nixon, como todos los conservadores recalcitrantes, no estaba preocupado por los soldados sino por la influencia de los soldados en los que se quedaron en casa.
Las drogas se usaban en su mayor parte para calmar los nervios, según reportan la mayoría de las fuentes. La Marina de EE.UU nunca aprobó oficialmente que los soldados se droguen pero siempre hacían la vista gorda al respecto. Los rangos medios nunca obedecían las órdenes de los superiores cuando les pedían que eliminaran cualquier sustancia estupefaciente de la dieta de sus compañías. Los que lo intentaron, además, obtuvieron una respuesta bastante violenta por parte de los soldados; se recuerda el caso de uno de ellos que ante su sargento prefirió denotar una granada antes que dar sus drogas. Que nadie te quite el placer en el Infierno.
El asunto más espinoso de todos los que aquí se han expuesto viene de los llamados “niños de la guerra” africanos. Durante las guerras africanas de Liberia, Sierra Leona y la de la República Democrática del Congo (las que algunos llaman Guerra Mundial Africana) se ha demostrado suficientemente que los señores de la guerra obligaban al consumo de cannabis a los niños que secuestraban y obligaban a ingresar en las filas de su ejército. La intención, aparte del lavado de cerebro generalizado, servía para estimular la agresividad y suspender el juicio antes de entrar en combate.
Por tanto, ¿es el cannabis un arma para la guerra? Pues sí y no. Sí porque se suele utilizar para calmar los nervios y aislar a la mente del horror de la guerra, evitar el pánico, operar de manera más eficiente bajo estrés o tener menos miedo. Sin embargo, lo que merece una reconsideración seria es la idea de que el cannabis ayude a que importe menos asesinar a otra persona o aliente el asesinato.
Sea como fuere, destacamos que los comentarios sobre la pregunta que se lanza desde el titular son especulativos: se necesita una investigación seria al respecto. Por el momento, nos conformamos con saber que la marihuana nos lleva acompañando desde el principio de los tiempos en lo bueno, pero también en lo peor del ser humano.
Fuente: Sensi Seeds Blog