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El Gobierno danés quiere cerrar del mercado de cannabis de Christiania

“Soy consciente de que no soy el primer Ministro de Justicia que dice eso”, ha dicho el ministro de Justicia tras anunciar el cierre. 

El ministro de Justicia de Dinamarca anunció ayer que el Gobierno pretende cerrar el mercado de cannabis del barrio autónomo de Christiania, en Copenhague, que ha sido tolerado por las autoridades desde hace décadas. La idea del Gobierno es cerrar directamente Pusher Street, la calle en donde el mercado lleva instalado desde los años 80, una medida que ha sido anunciada después de que en los últimos meses se hayan producido varias muertes violentas provocadas por las bandas organizadas que controlan la venta de cannabis.

“Estas medidas son el primer paso en la dirección de un cierre permanente de Pusher Street que buscan acabar con la demanda en la calle, mientras decidimos qué habrá allí cuando esta quede cerrada”, dijo el ministro de Justicia, Peter Hummelgaard, en una rueda de prensa. “Soy consciente de que no soy el primer Ministro de Justicia que dice eso”, añadió el ministro, según cita el medio sueco STV.

La estrategia del ministro es, primero, aplicar un gran refuerzo policial en la zona, y, segundo, hacer cambios urbanos en la calle, concretamente construir tiendas o viviendas que, según él, puedan impedir la reinstalación del mercado. Además, su Gobierno también quiere castigar más duramente a las personas de la zona que consuman o lleven cannabis, proponiendo duplicar las multas en caso de una primera sanción y aplicando la posibilidad de ir a la cárcel si una persona reincide.

Las medidas propuestas por el ministro de Justicia no son las que piden los vecinos del barrio. Hace unos días que los vecinos cerraron la calle en señal de protesta. Aunque comunicaron que sus acciones no iban dirigidas a los consumidores de cannabis, pidieron que no compraran más cannabis en el barrio para no fomentar la presencia de bandas armadas en la zona.

Los vecinos creen que la policía no tiene capacidad para alejar a las bandas criminales y piden a los políticos que aporten soluciones como una regulación de la venta del cannabis con la que separar la criminalidad del comercio de cannabis. La alcaldesa de Copenhague, Sophie Hæstorp Andersen, apoya las demandas de los vecinos y en más de una ocasión se ha pronunciado a favor de un debate para legalizar el cannabis recreativo como medida para acabar con la violencia y el crimen en la zona.

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