La Asociación de Agricultores Negros de Sudáfrica (BFASA) y otras organizaciones protestaron la semana pasada contra la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Sudáfrica por favorecer a las grandes empresas internacionales y a los blancos ricos del país con la entrega de licencias para la producción de cannabis. Los manifestantes se reunieron frente a las oficinas de la autoridad reguladora y denunciaron que la entrega de licencias está excluyendo a la población indígena y a los más desfavorecidos.
“Sentimos que la asignación sesgada de estas licencias a las empresas blancas es un crimen contra la política de empoderamiento económico negro y la Constitución de nuestro país”, dijo la asociación BFASA en un comunicado reproducido por News24. La asociación dijo que como la legislación no especifica a quién se deben entregar las licencias, la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios está aplicando muchos requisitos técnicos para favorecer a las empresas propiedad de personas blancas.
“Las tarifas por las solicitudes de licencias muestran una lucha radical contra la transformación. Esta es la forma más alta de segregar a las personas de las zonas rurales, las cuales la mayoría están en desventaja”, escribió en comunicado la asociación de agricultores, que ha pedido que se revoquen todas las licencias “ilegítimas” emitidas.
Por su lado, la autoridad reguladora ha negado esas afirmaciones. “La acusación de que la presidenta de la junta directiva de la autoridad reguladora y el director ejecutivo están otorgando licencias de cannabis medicinal a personas blancas adineradas por orden del Ministro de Salud, Dr. Zweli Mkhize, está lejos de la verdad. El ministro no está involucrado de ninguna manera con los procesos operativos, como la emisión de licencias, y tampoco ha emitido una directiva tan restrictiva”, respondió la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios.
La autoridad reguladora ha defendido el elevado coste de las solicitudes de licencias diciendo que “el proceso para obtener una licencia para cultivar cannabis con fines medicinales es riguroso” y que se aplican métodos de estandarización. Según esta autoridad, como Sudáfrica es signataria de tratados internacionales que prohíben la producción de cannabis de uso no medicinal, deben aplicar un “control estricto” sobre los cultivo de cannabis medicinales y por eso encarece las licencias, pero tampoco aplica subvenciones para que alcancen a sectores campesinos más desfavorecidos.