“La marihuana me hace estar contento y cuerdo” dijo George Michael en una entrevista a The Guardian en 2006. Diez años después, el cantante pop, un icono de la música falleció la pasada noche de Navidad a los 53 años. 

George Michael nunca se ha arrepentido en público de sus hábitos, ya sean sexuales, con las drogas o con su estatus en la vida pública y como figura del pop (ni falta que hace). Una vida sin compromisos fijos que supo llevar hasta el día de su muerte a su manera. 

En los últimos años, según han reportado desde distintos medios, su dieta consistía fundamentalmente en café y marihuana. Dicen que no menos de siete al día, otros que unos 25. 

Michael tenía una actitud un tanto contradictoria hacia su relación con la marihuana. Por una parte admitía que creía tener un problema por su consumo excesivo y quería cortar de raíz, cosa que nunca hizo, y por otro pensaba que si el cannabis fuese legal el mundo sería mejor. 

En 2009 le dijo de nuevo a The Guardian: “lo mejor que me puede pasar es mantenerme ocupado, si estoy ocupado no me tumbo a fumar” y que fumar “le ralentizaba”. 

Según él mismo reconoció dejó por completo la marihuana en 2014. Todo vino tras su encarcelamiento en 2010 por cuando tuvo un accidente de coche. La noche del choque no solo había tomado marihuana, importante detalle, sino una mezcla de cocaína y pastillas para dormir. Esto le decidió a meterse en un programa de rehabilitación intensivo. 

No se sabe si las drogas eran el problema o si había algo mucho peor. De hecho, pese a su intocable posición como divo del pop, hacía bastantes años que era incapaz de sacar un nuevo disco y sus apariciones se limitaban a pequeños singles sueltos. Él mismo dijo en una entrevista que los escándalos sexuales, el abuso de drogas y demás eran parte de un plan para sabotear su carrera: “[pero] Mi carrera se endereza por si sola, es como un pato de goma en una bañera”. 

Aunque no se sabe nada aún, se rumorea de manera bastante fuerte que Michael pudo haberse pasado a drogas mucho más duras.