Hace dos años que Los Ángeles comenzó la venta de marihuana para uso recreativo. Desde entonces, tanto la ciudad como el estado de California, esperaba convertirse en el centro de atención de los negocios mundiales del cannabis. Cosa que no ha sucedido. En lugar de esto, el mercado negro, una burocracia draconiana y tasas excesivas han frenado el negocio cannábico, según los afectados.
El Concejo Municipal, votando por unanimidad, dio su aprobación preliminar a una serie de revisiones que proporcionarían un salto en las licencias para los llamados solicitantes de equidad social: personas, muchas de afroamericanas, que fueron arrestadas o condenadas por un delito relacionado con la marihuana, así como ciudadanos con bajos ingresos que viven o han vivido en vecindarios marcados por altas tasas de arresto por delitos relacionados con la marihuana.
Según una de las leyes que se quiere aprobar, serán estas personas las únicas que podrán solicitar abrir un dispensario en la convocatoria de 2025. Sí, en 2025.
Otros cambios permitirían a las empresas que buscan licencias obtener rápidamente una aprobación temporal para comenzar a operar una vez que se cumplan ciertos puntos de referencia, permitirían a las empresas reubicarse mientras obtienen la licencia y agilizar el proceso de solicitud.
Este tipo de reformas puede impulsar el negocio del cannabis, al menos en el número de dispensarios por número de habitantes. Se estima que podría pasarse de los 187 que operan ahora a unos 537.