La Revista Cáñamo ofrece su cuaderno de cultivo para que aprendáis todos los pro-tips para sacarle el mayor partido a vuestra planta. En esta entrada os dejamos algunos pequeños consejos rápidos sin demasiado matiz, pero que el amateur tal vez agradecerá.

El ciclo de siempre y recolección de una planta de cannabis es de un año o menos. En el exterior lo habitual es que florezca en otoño (según el lugar, claro, y otras condiciones que no viene al caso especificar). 

Primer signo: ¿Cambiaron los estigmas? 

Fíjate en si los estigmas que salen de la bráctea de los cogollos. Si están de color blanco indican que están sanos, pero el color que buscamos es un rojo tirando a marrón. Cuando esto sucede en al menos un en tres cuartas partes toca cosechar. Aunque antes de que eso pase echa un ojo a los tricomas. 

Segundo signo: Examina los tricomas 

Las glándulas resináceas también llamadas tricomas situados en los cogollos deben ser examinados cuidadosamente. Consigue un microscopio o una lupa con muy buenos aumentos (hablamos de un x30 o x50). Cuidado al manipular los cogollos porque los tricomas son muy frágiles. El THC está en su mayor parte concentrado en los tricomas, en concreto en una especie de globo sobre el tallo de estas glándulas, si se degrada completamente el globo adiós al THC. 

El cannabis está listo para cosechar cuando los globos comienzan a degradarse. Al menos la mitad. El color que adquieren al degradarse es un tono ámbar o colores oscuros. Algunos lo cosechan inmediatamente y otros esperan. Es cuestión de preferencias. Lo importante es que no estén todos los globos degradados. 

Tercer signo: Prueba el cogollo

Seca el cogollo a una temperatura de unos 18 a 20 grados Celsius entre 10-15 minutos. Fúmatelo o vapea y a ver qué tal. 

Los cogollos no suelen madurar todos al mismo tiempo, por lo general las partes que reciben más luz se pueden sacar unos días antes, así que ten esto presente cuando creas que ya está para sacar y tomar.