El país del este de Europa va poner en marcha un total de 50 nuevas máquinas CBDmats en las que uno podrá comprar aceites bajos en THC, tinturas y cáñamo. Estás máquinas van a estar en las ciudades más importantes de la República Checa.
Para que los productos puedan venderse deben estar dentro de la legalidad del país, es decir, tiene que tener dosis bajas de THC. En el caso de República Checa esa cantidad es de 0,3% de THC. Pese a que no es un producto psicoactivo, la venta seguirá estando restringida a mayores de 18 años.
"Hasta ahora, solo hay productos básicos disponibles", explicó el CEO de CBDmat, René Sirý. "Además de los cogollos, hay aceites de CBD, gotas y desinfectantes de cáñamo". Eventualmente, la compañía espera ofrecer una gama más amplia de productos de CBD que brinden beneficios “sedantes, antioxidantes, analgésicos y antiinflamatorios”. Sirý agregó que la compañía no planea vender productos con niveles más altos de THC (al menos a partir de ahora), ya que "no quieren moverse al borde de la ley".
La República Checa legalizó el cannabis para uso terapeútico en 2013. El país permite a los doctores que prescriban marihuana a los pacientes. Estos pueden comprar hasta 180 gramos al mes. En 2015 legalizaron oficialmente los productos de cannabis que tuvieran menos de 0,3% THC. Pese a esto, el Ministerio de Salud prohíbe técnicamente la venta de cualquier producto que tenga THC. La mayoría de las drogas están descriminalizadas en República Checa desde 2010 pero el cannabis continúa siendo ilegal.
Los productos de la máquina se venderán en contenedores opacos con un valor medio de 30 euros.