Según un reciente informe publicado por la Agencia Nacional de Regulación de las Actividades del Cannabis (ANRAC) de Marruecos, el país africano ha aumentado más de un 300% la cantidad de licencias otorgadas para la reciente industria de la planta. En el transcurso de este año ya se han emitido unos tres mil permisos productivos, mientras que en 2023 se habían otorgado un total de 609.
Entre las nuevas licencias, 2,800 fueron concedidas a pequeños cultivadores de las provincias de Taounate, Chefchaouen y Alhucemas. Los otros 200 permisos productivos restantes se los llevaron proyectos industriales repartidos entre 98 operadores diferentes para crear un establecimiento farmacéutico, 23 cooperativas, 24 solicitantes físicos y unas 50 empresas.
Las 200 autorizaciones concedidas a operadores (que se suman a las 179 emitidas en 2023) se reparten entre 59 autorizaciones para fines industriales, una para la actividad de transformación con fines médicos, 49 para la actividad de comercialización, 39 para fines de exportación, 24 para semillas para importación, 18 para actividad de transporte y una autorización para actividad de creación de viveros.
Según Naciones Unidas, Marruecos es el lugar donde más cannabis se cultiva de forma clandestina en todo el mundo. En total, se calculan unas 55 mil hectáreas. Pero ahora, esa cifra está convirtiéndose en una estadística regulada. Resulta que, con la entrega de licencias, los pequeños agricultores están pasando al sistema legal al declarar la superficie de sus proyectos. Ahora, las provincias de Taounate, Chefchaouen y Alhucemas sumarán unas 2,400 hectáreas repletas de marihuana. Previamente, solo habían autorizadas unas 1,700.
Por último, el Ministerio de Salud de Marruecos ha emitido 19 certificados de registro, nueve de complementos alimenticios y 10 de productos cosméticos y de higiene.