El proyecto de prevención realizado en el municipio Briceño y las veredas las Auras y Pueblo Nuevo tiene un nombre largo que explica muy bien de qué se trata: “Para la prevención del consumo de sustancias psicoactivas a través de la participación y los emprendimientos culturales en contexto de cultivo y sustitución de cultivos ilícitos”. Este proyecto piloto desarrollado entre los meses de marzo y septiembre de este año ha sido calificado como la primera acción de prevención del consumo de drogas del punto 4 del acuerdo de paz entre el Estado y las FARC.
El municipio Briceño elegido por el PNIS (Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos) como el territorio piloto de implementación del acuerdo de paz en materia de drogas, fue el escenario perfecto para la implementación de un proyecto de acompañamiento psicosocial de prevención del consumo de sustancias psicoactivas (SPA) legales e ilegales. La elección de este lugar tiene en cuenta experiencias anteriores en las que se había identificado que la ausencia de autoridad de un grupo armado ilegal –que antes regulaba las relaciones sociales de convivencia– generaba conflictos entre los pobladores del territorio; así como el dinero –o la falta de este– derivado de la presencia o no de cultivos ilícitos y sus economías, se relaciona con el consumo abusivo de SPA y con las consecuencias en la seguridad, la salud publica y la convivencia que esto ocasiona.
ambién las experiencias anteriores señalaban que los procesos de presencia del Estado deben ir más allá de suplir las necesidades básicas como salud, educación, seguridad alimentaria, ingresos o infraestructura, y debe incluir herramientas y habilidades sociales para ajustarse a la nuevas realidades del entorno.
La propuesta fue realizada por el PNIS con acompañamiento del Ministerio de Cultura, Colombia Joven y el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) con dinero de la cooperación internacional. En estos momentos el proyecto se encuentra en su fase final de ajuste y construcción de memorias y cartilla de replica, pues se pretende llevar a otros territorios del país que inician procesos de sustitución de cultivos, así como hacerle entrega oficial a las Naciones Unidas y los países garantes del acuerdo de paz, para que esta experiencia pueda hacer parte del grupo de intervenciones psicosociales que se deben hacer en contexto de cultivos ilícitos, conflicto o posconflicto en cualquier lugar del mundo.