La Société québécoise du cannabis (SQDC) inició oficialmente la comercialización de vaporizadores de cannabis, marcando un cambio significativo en la política de sustancias de la provincia. Hasta esa fecha, Quebec era la única región de Canadá que mantenía el veto a estos productos, pese a su disponibilidad en el mercado ilegal y en otras provincias del país.
El nuevo catálogo incluye más de 25 cartuchos de vapeo y ninguno de los productos puede superar el 30% de THC, incluso en concentrados y extractos. Esta condición impone un reto para la industria, acostumbrada a cartuchos con potencias que oscilan entre el 70% y el 90% de THC en otras provincias.
Ante este escenario, varias productoras locales han optado por innovar. La empresa Village Farms International, a través de su filial Rose LifeScience, ha desarrollado el cartucho Promenade Matin, una mezcla de THC y CBG diseñada especialmente para el mercado quebequés. El producto busca ofrecer una experiencia más equilibrada
Por su parte, Group Chanv, con su marca Bleuh, ha apostado por cartuchos de live resin 100% pura, formulados con materia prima cultivada localmente bajo condiciones de cadena de frío. El proceso incluye cosecha a baja temperatura, congelado, extracción con hidrocarburos y formulación sin aditivos aromáticos, con el fin de preservar el perfil completo de la planta y mantenerse dentro del límite permitido de THC.
Una encuesta realizada en 2025 por Village Farms y la consultora Léger reveló que al menos un tercio de los usuarios de cannabis en Quebec vapea y más de la mitad expresó interés en acceder a estos productos por vías reguladas. Las principales motivaciones citadas fueron la seguridad, la trazabilidad y los controles de calidad, factores que el mercado ilícito no puede garantizar.
En paralelo, la SQDC ha implementado un programa de capacitación para su personal en colaboración con el Ministerio de Salud y Servicios Sociales. La formación está centrada en el uso seguro de los dispositivos, las particularidades de los extractos y los riesgos asociados al consumo de productos fuera del marco legal.
Este giro se enmarca en una tendencia nacional. Provincias como Newfoundland y Labrador o la Isla del Príncipe Eduardo, que también habían prohibido los vaporizadores, han levantado sus restricciones en los últimos años con el mismo argumento: ofrecer alternativas más seguras y controladas frente a la persistencia del mercado no regulado.