El departamento de salud de Rhode Island (EE.UU) aprobó el pasado jueves 18 de octubre el uso de marihuana para tratar el autismo.
Se aprueba con bastantes restricciones y recomendaciones, como no puede ser de otro modo. Los médicos que pretendan recetar cannabis solo pueden hacerlo deben considerar antes “CBD farmacéutico en sus formas y gradaciones más puras” antes de recetar marihuana con THC o mezcla.
Los médicos, además, deben estar informados sobre el uso de la marihuana y sus efectos y consultar con otros especialistas (pediatras, psicólogos, neurólogos, etc.) antes de proceder a introducir un medicamento con cannabis en la dieta del niño.
Todos estos requerimientos están pensados para “asegurar que el médico del paciente está consultando con el subespecialista adecuado para evaluar los riesgos y beneficios” del tratamiento, según Joseph Wendelken, miembro del departamento de salud de Rhode Island (RIDOH).
Algunas asociaciones de padres han insistido considerablemente para que la marihuana pueda ser recetada a sus hijos con autismo. Uno de los casos más sonados fue el de Nicole Cervantes que asegura que su hijo “dejó de golpear su cabeza contra las paredes” y que es “capaz de centrarse mucho más” cuando comenzó un tratamiento con CBD.
Algunos médicos como el Dr. Randal Rockney del hospital infantil de Providence considera que el cannabis puede ayudar con estos problemas: “Probar este tipo de medicina para controlar el comportamiento de los desórdenes del espectro autista sería una buena idea”, refiriéndose a realizar pruebas de con medicamentos con cannabis.