No hay muchas tradiciones navideñas que impliquen al cannabis y que hayan sobrevivido a más de medio siglo de prohibicionismo. Pero en algunos países del noroeste de Europa, aún sobrevive una antigua tradición culinaria que implica al cannabis en Nochebuena: la siemieniotka, una sopa de semillas de cáñamo que sirve para rendirle honor a los familiares fallecidos que regresan a visitar a sus familias durante las navidades.
Según especula Rowan Robinson en el libro The Great Book of Hemp, la costumbre se podría remontar a la antigüedad de las culturas de los pueblos escitas, donde el cannabis estaba indisolublemente vinculado a los rituales relacionados con la muerte y los funerales. Cada casa solía tener su propia receta, con pequeñas variaciones entre unas y otras, y según otra de las creencias populares, el plato tenía un poder curativo y se creía que protegía contra la sarna y las úlceras.
El nombre del plato proviene de su componente principal, las semillas (siemie) de cáñamo. Para la elaboración del plato primero se lavan y cuecen las semillas de cáñamo, luego se quitan las cáscaras, y se muelen las semillas sin cáscara hasta obtener una pasta lechosa. Esta se hierve con agua y leche, se endulza al gusto con miel, y se sirve con granos de trigo de sarraceno o arroz. El color de la sopa tiene un color gris poco apetecible, “pero un sabor aterciopelado y absolutamente único”, dicen las recetas.