Una reciente decisión del Segundo Tribunal de Apelaciones del Distrito de Florida ha marcado un precedente importante en los procesos judiciales por delitos de cannabis en Estados Unidos. El fallo revocó la condena por tráfico de drogas contra Pryce Campbell, quien fue arrestado en el Aeropuerto Internacional de Tampa en 2022 tras ser hallado con 50 paquetes de una sustancia verde sellada al vacío.
El caso había comenzado cuando una unidad canina alertó sobre dos bolsas de lona procedentes de un vuelo de Denver. En su interior, las autoridades encontraron varios paquetes con material vegetal, pero solo uno de ellos fue sometido a análisis químico, revelando presencia de cannabis con contenido de THC por encima del 0,3%, umbral que lo clasifica como marihuana y no como cáñamo legal. Con base en este resultado y extrapolando el contenido al total de los paquetes, la fiscalía acusó a Campbell de tráfico por una cantidad total superior a los 27 kilos.
Durante el juicio, Campbell declaró que había adquirido los paquetes en Oregón por 50 dólares cada uno, asegurando que creía estar transportando cáñamo, ya que si se trataba de marihuana el precio por cada paquete debía ser superior. La fiscalía, sin embargo, se apoyó en el olor, el aspecto visual y la alerta del perro para justificar la acusación, sin analizar químicamente los 49 paquetes restantes.
El tribunal de apelaciones destacó que ni la vista ni el olfato bastan para diferenciar entre cáñamo y cannabis. "Permitir que el Estado se base en la apariencia y el olor para imputar delitos de tráfico socava la presunción de inocencia del acusado", señala el fallo, que también enfatiza la necesidad de realizar análisis químicos de cada paquete para cumplir con los requisitos legales del peso mínimo exigido para el tráfico de marihuana.
El caso refleja los desafíos que ha traído la legalización del cáñamo en EE.UU. tras la Ley Agrícola de 2018. Dado que ambos productos provienen de la misma planta, el porcentaje legal de THC se ha vuelto un criterio fundamental para distinguir entre legal o no.
Por lo anterior, el tribunal concluyó que, al no haberse analizado toda la evidencia, no se podía sostener una condena por tráfico. La sentencia de tres años de prisión fue anulada y se ordenó recalificar el delito como simple posesión, basado en la única muestra analizada.
Este fallo establece un precedente clave para la defensa penal en casos de cannabis en Florida y otros estados con legislación similar, porque además de resaltar la importancia del testimonio del acusado, subraya que las pruebas periciales son indispensables cuando está en juego la libertad de una persona.