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Trump designa a empresario del cannabis como enviado a Irak

El presidente Donald Trump, nombró a Mark Savaya —empresario del sector del cannabis— como enviado especial en Irak. El anuncio fue difundido en redes sociales y recogido por medios locales y busca, según la explicación oficial, reforzar la relación bilateral y abrir canales políticos y económicos con Bagdad.

Savaya es conocido en Míchigan por la cadena de dispensarios Leaf and Bud y por una presencia publicitaria potente en el área metropolitana de Detroit. Su perfil empresarial se forjó en el mercado legal estatal del cannabis, donde la venta y el uso adulto están regulados desde 2018. Diversos medios especializados reportaron el nombramiento y la propia publicación de Savaya en Instagram en la que asume el encargo como representante especial ante Irak.

Más allá del énfasis empresarial, su biografía pública destaca lazos comunitarios con la diáspora caldea y asiria, con raíces familiares en el norte de Irak. Esta conexión étnico-cultural ha sido resaltada por varios medios como un posible activo político para tender puentes en un contexto regional que sigue siendo delicado y en el que Estados Unidos mantiene intereses estratégicos. En paralelo, la oficina de Trump justificó la elección apelando al “conocimiento” de la relación entre ambos países y a “conexiones en la región”.

Mark Savaya

La figura de “enviado especial” funciona como una representación directa del Ejecutivo para misiones acotadas, donde tiene como objetivo principal destrabar agendas políticas, facilitar contactos de alto nivel o explorar oportunidades económicas. En la práctica, estos cargos no siempre recaen en perfiles diplomáticos de carrera y en ocasiones han sido ocupados por personas del mundo empresarial o político con vínculos específicos con el país o el tema en cuestión. En este caso, el foco estará en la interlocución con Bagdad y en la gestión de una relación bilateral marcada por ciclos de cooperación y tensiones.

El nombramiento también pone sobre la mesa una tensión propia del federalismo estadounidense: mientras estados como Michigan regulan el cannabis con normalidad y generan tejido empresarial, empleo y recaudación, la marihuana sigue clasificada a nivel federal fuera de un marco de plena legalidad. 

Por eso resulta interesante que un representante de este sector asuma una función diplomática de alto perfil y muestra hasta qué punto la economía del cannabis se ha normalizado en ciertos territorios y más que una anécdota, es un recordatorio de que la discusión clave no pasa por quién participa del sector, sino por cómo se supera un marco prohibicionista incoherente. 

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