Lo que el presidente Trump haría con los fumetas
¿Qué significaría para el movimiento fumeta que Donald Trump fuera elegido presidente de Estados Unidos de América?
Qué significaría para el movimiento fumeta que Donald Trump fuera elegido presidente de Estados Unidos de América? Desgraciadamente, este energúmeno, que personifica muchas de las peores cualidades humanas, se ha convertido en la figura más comentada en el mundo. De nada ha servido que se hayan hecho públicas muchas de sus atrocidades, mentiras, corruptelas y demás. Exhibir más de su mierda a nuestros queridos lectores es casi tan intrascendente como enseñarle la biblia al Papa. No obstante, me veo obligado a tocar el tema, pues como a todos los billones del mundo, los caprichos de este hombre podrían afectar a todos si se convierte en presidente. A los fumetas, a los pacientes que dependen de la marihuana medicinal y, en especial, a los que viven en Norteamérica, repercutirá de forma directa lo que él piense acerca del cannabis.
¿Qué va a pasar con la marihuana si el “trumpetas” sale electo como el quincuagésimo sexto presidente de Estados Unidos de América? ¿Cómo se puede predecir qué haría Trump cuando cambia de parecer como de calzoncillos? ¿Acaso estamos viviendo en una dimensión paralela donde la razón está tergiversada?
“Me gustaría mucho pensar en eso, porque a veces la marihuana es buena para unas cosas pero para otras es mala”, ha referido sobre el tema. Es difícil saber lo que haría Donald si es elegido presidente, no solo en cuestiones cannábicas, sino en muchos frentes en donde realmente no tiene experiencia; es, como se diría en términos callejeros, un farsante.
Para acabarla de joder, el equipo de Trump ha elegido como vicepresidente a Mike Pence, quien seguramente tomará las decisiones más importantes mientras Donald se regodea en sus asuntos hedonísticos. Pence es el gobernador de Indiana, uno de los estados más retrógradas de la Unión. Pence odia a los marihuanos, a los gais, a los pro-choice y a todo lo que vaya en contra de su moral cristianoide. Mike Pence es más peligroso que Trump. Es un republicano de toda la vida y favorito de todos los conservadores de hueso colorado, que generalmente son racistas, homofóbicos y muy religiosos; defienden la vida de un feto pero apoyan la pena de muerte y la cárcel para los fumadores de marihuana.
Mike votó a favor de la ley Unborn Victims of Violence Act, que busca darle derechos humanos a los embriones. ¿Cómo se puede ser provida y estar en contra de la marihuana medicinal? Los Republicanos en contra de la Prohibición de la Marihuana han dicho que presionarán a Pence para que cambie de parecer: “Si un niño va a nacer con una anormalidad que le hará sufrir ataques epilépticos, no tiene sentido decir que ese niño tiene que nacer al mismo tiempo que se le niega la medicina que le permitirá vivir después de que haya nacido. Provida no quiere decir solo que todos tienen derecho a vivir, también tiene que ver con la calidad de vida”, concluyen los republicanos marihuanos, cuya idea se puede resumir en este silogismo: si uno es provida y la marihuana da vida, por ende los provida tienen que apoyar la marihuana.
Así como Trump, Pence odia a los periodistas y a los que luchan por causas sociales, así que los activistas medioambientalistas y procannabis podrían sufrir una persecución más severa bajo este gobierno estrambótico.
Pence ama las prisiones: cómo no querer a una industria que le provee dólares como el GEO Group, una institución carcelaria de Indiana y uno de sus principales donadores. Resulta curioso que las leyes draconianas y arcaicas beneficien las arcas del gobernador y las organizaciones que le rodean, mientras se sacrifica a la gente común. La posesión de cualquier cantidad de marihuana en el estado de Indiana es castigable con una multa de 1.000 dólares y 180 días de cárcel.
Al lado de este cristianoide, la visión de Trump con la marihuana es más progresista. Hay que recordar que es un hombre de negocios, un showman, y la marihuana es un negocio lucrativo. Donald podría seguir los pasos de Obama y dejar a los estados regularse. Ha mostrado interés en la marihuana medicinal e incluso ha reconocido públicamente que ha visto a gente a la que le ayuda. Tal vez se le podría convencer de que reclasifique la marihuana para que se pueda acelerar el proceso de regularización y los estudios científicos. Lo que suceda a nivel recreacional es un misterio; creemos que no habrá mucho cambio en los estados que han legalizado y los que logren su legalización. Resaltemos que, en noviembre, cinco estados buscarán legalizar la marihuana: Arizona, California, Maine, Massachusetts y Nevada. Lo malo es que con Pence de vicepresidente, los estados con leyes represivas seguramente no tendrán mucho avance y, al contrario, podrían empeorar. Sería un panorama curioso, ya que habría una mayor migración hacia los estados del oeste.
“La marihuana es algo muy grande. Creo que la marihuana medicinal debería suceder, ¿Cierto? ¿No estamos de acuerdo? –dijo Trump en una entrevista con el Washington Post en octubre del 2015, y concluyó–: Realmente creo que se lo deberíamos dejar a los estados”. A ver si, llegado el caso de que tengamos que sufrirlo como presidente, no cambia de nuevo de opinión. Con los farsantes, nunca se sabe.
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